En un confuso procedimiento, Wilfrido Adrián Cáceres, ex director financiero y jefe de gabinete del intendente de Asunción, Óscar “Nenecho” Rodríguez, logró vaciar su ostentosa mansión ubicada en Lote Guasu, San Lorenzo. Cáceres, quien enfrenta imputaciones por presunto enriquecimiento ilícito y lavado de activos, contó con el respaldo de una resolución judicial para retirar bienes cuyo valor no superase los 30 jornales mínimos, equivalentes a G. 3.092.730.
La controversia surgió luego de que el juez especializado en delitos económicos, Rodrigo Estigarribia, ordenara al Ministerio Público la entrega de los enseres personales solicitados por Cáceres, a través de un incidente presentado por sus abogados defensores, Christian Gwynn y Gustavo Erico. Entre los elementos reclamados se encontraban electrodomésticos, muebles, obras de arte y hasta bebidas alcohólicas.
El fiscal Silvio Corbeta, uno de los encargados de la causa, se opuso inicialmente al pedido, destacando la suntuosidad de la vivienda y el elevado valor comercial de los bienes en cuestión. Sin embargo, el magistrado Estigarribia terminó fallando a favor de Cáceres, ordenando la entrega de aquellos enseres que no superasen el límite establecido.
Lo que llamó la atención fue la aparente ausencia de representantes del Ministerio Público durante el procedimiento de retiro de los bienes, según pudo constatar un equipo de ABC. Corbeta aseguró que la Secretaria Nacional de Administración de Bienes Incautados y Comisados (Senabico) realizó un inventario y supervisó la entrega de los enseres que cumplían con el criterio judicial.
Wilfrido Cáceres y su esposa, Ruth Da Silva Almirón, encabezaron personalmente el trámite. Los bienes fueron trasladados en un camión de mudanzas completamente cerrado hacia la casa materna de Da Silva Almirón, ubicada a pocas cuadras de la lujosa mansión de la pareja. Curiosamente, un asistente fiscal identificado como Guillermo Segovia se hizo presente en el lugar solo después de que el matrimonio ya había retirado sus pertenencias.
Este episodio se suma a una serie de cuestionamientos que pesan sobre la administración del intendente Óscar “Nenecho” Rodríguez y su ex mano derecha, Wilfrido Cáceres. Uno de los escándalos más resonantes involucra la compra de un detergente “francés” a un precio exorbitante de G. 390.000 el litro durante la pandemia del Covid-19, transacción que fue duramente criticada por la Contraloría General de la República (CGR).
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La falta de transparencia y la ausencia de informes técnicos que justifiquen estas adquisiciones han puesto en tela de juicio la gestión de Rodríguez y su equipo. La Contraloría también señaló irregularidades en los pliegos de contratación, como la omisión de requisitos básicos y la falta de autorización de fabricantes o distribuidores.
Fuente: ABC Color
