La fiesta de San Juan, celebrada cada 24 de junio, se erige como una de las tradiciones más arraigadas y esperadas en el Paraguay. Esta celebración, que tiene sus raíces en la época colonial con la llegada de los misioneros jesuitas, franciscanos y dominicos, ha logrado mantener su esencia y popularidad a lo largo del tiempo.
Según el folclorista David Galeano, la figura de San Juan el Bautista, primo de Jesús y precursor del Mesías, es el centro de esta festividad. Lo que distingue a esta celebración es que se conmemora el nacimiento del santo, un hecho único en el santoral católico.
Uno de los elementos más emblemáticos de la fiesta de San Juan es el fuego. Su presencia se remonta al origen mismo de la celebración, ya que representa el nacimiento del santo en una caverna iluminada por una fogata. Este hecho coincidió con el solsticio de invierno en el hemisferio sur y de verano en el hemisferio norte, lo que explica la asociación con el fuego.
En Paraguay, los juegos tradicionales vinculados al fuego son parte integral de la festividad. Entre ellos se encuentran el tata ari jehasa (caminar sobre brasas), la pelota tata (pelota de fuego) y el toro candil. Estos juegos son una muestra de la rica tradición cultural que envuelve a la celebración de San Juan.
Otra peculiaridad de la fiesta de San Juan en Paraguay es su estrecha relación con el idioma guaraní. Tanto los juegos como la gastronomía típica de la festividad llevan nombres en esta lengua autóctona. Platos como el pajagua mascada, el chicharo huiti, el mbeju y el pastel mandio son infaltables en las mesas paraguayas durante esta época.
El arraigo de las tradiciones de San Juan en las nuevas generaciones es un aspecto destacable. Niños y jóvenes se involucran activamente en la organización de los festejos, participando en los juegos y en la elaboración de la comida típica. Este compromiso es fundamental para la preservación y transmisión de la cultura paraguaya.
El folclorista Galeano resalta el esfuerzo de los docentes en las escuelas, quienes en los días previos a la festividad enseñan a los alumnos la preparación de los platos tradicionales. Esta iniciativa fortalece los lazos entre las nuevas generaciones y las raíces culturales del país.
La fiesta de San Juan trasciende lo meramente religioso y se ha convertido en un evento social de gran magnitud. Es común que se organicen festividades con fines solidarios, como recaudar fondos para causas benéficas o para la construcción de espacios comunitarios. Esto demuestra el espíritu de unión y generosidad que caracteriza a la sociedad paraguaya.
Aunque la imagen de San Juan no siempre está presente en las celebraciones, su nombre resuena en cada rincón del país durante esta época. La gastronomía típica, que en el pasado era parte de la dieta diaria, hoy se ha convertido en un atractivo culinario que puede disfrutarse durante todo el año en diversos comercios.
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La fiesta de San Juan es un testimonio vivo de la riqueza cultural del Paraguay. Su popularidad, arraigo y capacidad de congregar a la sociedad en torno a tradiciones compartidas la convierten en una celebración única e inolvidable. Año tras año, el fuego, los juegos y la comida típica se entrelazan para dar vida a esta fiesta que marca el alma paraguaya.
Fuente: ABC Color
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