En un acontecimiento que ha generado controversia, se ha revelado que representantes de diversas instituciones religiosas, incluyendo la Iglesia Católica, Iglesias Evangélicas y la Alianza Evangélica Latina, efectuaron un lobby en la Cancillería paraguaya. El objetivo de esta presión fue influir en la postura del país respecto a ciertos temas que serán abordados en la inminente Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
La reunión, que tuvo lugar el pasado 13 de junio, contó con la presencia del vicecanciller nacional, Víctor Verdún, y el embajador paraguayo ante la OEA, Raúl Florentín Ántola. Durante el encuentro, se intercambiaron opiniones sobre los diversos tópicos que serán objeto de debate en la Asamblea General y en los Diálogos con referentes de la sociedad civil.
Viceministro de Relaciones Exteriores se reunió con representantes de iglesias para conversar sobre los preparativos de la Asamblea General de la OEA en Asunción.
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— Ministerio de Relaciones Exteriores (@mreparaguay) June 13, 2024
Uno de los puntos cruciales que ha suscitado la preocupación de las entidades religiosas se relaciona con las políticas exteriores feministas orientadas a la eliminación de todas las formas de desigualdad, discriminación y violencia en las Américas. Este tema, que figura en la agenda de la OEA, ha generado inquietud en ciertos sectores conservadores de la sociedad paraguaya.
La presencia del arzobispo emérito, Edmundo Valenzuela, en la reunión ha añadido un matiz adicional a la polémica. Asimismo, el reciente acuerdo constitucional otorgado por la Cámara de Senadores al embajador Florentín Ántola ha suscitado interrogantes sobre la posición que adoptará Paraguay en la Asamblea.
Las declaraciones del cardenal Adalberto Martínez al presidente Santiago Peña, expresando la postura de la Iglesia respecto a la Asamblea de la OEA, han puesto de manifiesto las discrepancias existentes. El cardenal ha manifestado su preocupación por ciertas resoluciones aprobadas por otros países en materia de vida y familia, considerándolas contrarias a las tradiciones culturales paraguayas.
La autodefinición del Gobierno de Peña como “provida y familia”, sumada a la presencia de legisladores cartistas y satélites cuestionados, ha generado especulaciones sobre la postura que asumirá la Cancillería Nacional en la Asamblea. Se prevé que Paraguay se abstenga de firmar la declaración de la OEA sobre el tema en cuestión, lo que podría tener repercusiones en el ámbito internacional.
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Este lobby religioso ha puesto de relieve las tensiones existentes entre las posturas progresistas y conservadoras en el seno de la sociedad paraguaya. Mientras algunos sectores abogan por avanzar en la defensa de los derechos y la eliminación de la desigualdad, otros buscan preservar los valores tradicionales y se oponen a ciertas resoluciones consideradas contrarias a sus creencias.
Fuente: ABC Color
