Un tribunal de sentencia de Luque ha dictaminado una pena de 22 años de prisión, más cinco de seguridad, para el expolicía Osmar Darío González Caballero, encontrado culpable de los delitos de coacción sexual y robo agravado. Esta sentencia se suma a una serie de condenas previas relacionadas con crímenes de naturaleza sexual, totalizando ocho hasta el momento.
Los hechos que llevaron a esta última condena ocurrieron hace 12 años, cuando la víctima, una adolescente de 16 años, se dirigía a su trabajo como empleada doméstica en el barrio La Pachal de Luque. Según su testimonio, González Caballero la obligó a subir a su vehículo a punta de arma de fuego, amenazándola con “meterle plomo” si se resistía. Posteriormente, la trasladó a una zona oscura donde procedió a abusar sexualmente de ella con extrema violencia.
Tras el abuso, el acusado despojó a la víctima de todas sus pertenencias, incluyendo su teléfono celular, cartera con dinero y calzado deportivo. Luego, la bajó del auto, amenazándola nuevamente si intentaba identificar la matrícula del vehículo. La joven logró ingresar a una institución educativa, donde recibió primeros auxilios por parte de una docente, quien también brindó su testimonio durante el juicio.
Los informes psicológicos realizados a la víctima revelan las profundas secuelas emocionales derivadas de este traumático suceso, incluyendo ansiedad, depresión y tendencias suicidas. Durante el proceso judicial, el acusado se abstuvo de declarar, limitándose a solicitar que se haga justicia.
Este caso se suma a un historial delictivo alarmante por parte del expolicía González Caballero. En 2016, había sido condenado a 22 años de prisión y 4 años de medida de seguridad por un tribunal compuesto por las juezas Rosarito Montanía, Mesalina Fernández y Gloria Hermosa. Asimismo, recibió otra sentencia de 22 años de cárcel y 8 años de medida de seguridad por la violación de dos peluqueras en abril de 2012.
Además, González cuenta con una condena de 9 años por un intento fallido de violación contra una empleada de hotel, ocurrido también en abril de 2012. En este caso, fue sentenciado por robo agravado al sustraer las pertenencias de la mujer. A estas condenas se suman otras tres más en su haber.
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La seguidilla de casos atribuidos a este exuniformado ha puesto en evidencia las preocupantes falencias en los procesos de selección y control de los efectivos policiales. Es imperativo que las autoridades competentes tomen medidas rigurosas para garantizar la idoneidad y probidad de quienes tienen la responsabilidad de velar por la seguridad ciudadana.
Fuente: ABC Color
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