Los habitantes de San Juan Nepomuceno manifestaron su profunda indignación e impotencia ante la mutilación de los añosos árboles nativos que se encuentran al costado del templo parroquial de la Iglesia local, donde también se ubica un parque infantil. Estos árboles, cultivados hace más de 30 años durante la administración municipal del colorado Reinaldo Martínez Vargas (1991-1996), conformaban la arboleda más hermosa de la zona céntrica de la ciudad, generando un microclima diferente.
Según la información recabada, los vecinos habían solicitado desde hace tiempo la poda de formación de estos árboles nativos, con el objetivo de aprovecharlos mejor y atender algunas ramas que se extendían sobre las calles. Sin embargo, la Municipalidad optó por mutilar varias plantas y talar otras, en lugar de realizar una poda adecuada. Los pobladores calificaron estas acciones como “criminales e impunes mutilaciones”, expresando su preocupación por la difícil recuperación de los árboles afectados.
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Ingenieros forestales consultados señalaron que la técnica empleada para podar no fue la apropiada, evidenciado por las ramas rotas en lugar de cortadas de manera profesional. Las enormes heridas dejadas por la ruptura de los gajos tardarán en cicatrizarse, comprometiendo la capacidad de los árboles para brotar nuevamente y seguir cumpliendo funciones vitales como la generación de oxígeno y la captura de dióxido de carbono.
La forma en que se realizó la poda fue comparada con la extracción de rollos para madera en el monte, dejando los troncos parados sin hojas. Esto dificultará la regeneración de los árboles, que podrían tardar entre cuatro y cinco años en volver a brotar, periodo durante el cual los lugareños sufrirán las consecuencias del calor en esa zona.
Blanca Montiel, una pobladora que realiza caminatas alrededor de la parroquia, expresó su indignación y pena por el atropello a esta hermosa arboleda, compuesta por especies nativas como el manduvirá, que solo requerían cuidado. Cuestionó la justificación de algunos defensores del jefe comunal, quienes argumentaron que los árboles habían llegado al fin de su vida útil, destacando que muchos árboles pueden vivir hasta 200 años y seguir generando oxígeno.
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Por su parte, el intendente municipal Derlis Molinas (ANR) explicó que, según el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades), las municipalidades están facultadas para autorizar las podas de árboles en la zona urbana. Afirmó que estos árboles representaban un peligro para los vecinos, lo que motivó la decisión de podar algunos y sacar otros. Sin embargo, la opinión de los pobladores y expertos cuestiona la forma en que se llevó a cabo esta intervención, generando preocupación por el impacto ambiental y la recuperación de la arboleda.
Fuente: ABC.
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