En los pasillos del poder, se especula sobre un acercamiento estratégico entre el presidente electo, Santiago Peña, y dos figuras destacadas del fútbol paraguayo: Alejandro Domínguez, presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), y Robert Harrison, titular de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF). Estos empresarios exitosos, con un notable posicionamiento mediático gracias a su vinculación con el deporte rey, estarían en el radar del oficialismo como potenciales candidatos para futuras contiendas electorales.
La búsqueda de outsiders con capacidad de arrastre electoral y solvencia económica para financiar campañas no es ajena a la estrategia del Partido Colorado. Tanto el peñismo como el abdismo evalúan perfiles que puedan captar no solo el voto tradicional de la ANR, sino también seducir al electorado joven y a aquellos que suelen abstenerse en las urnas.
En este contexto, Alejandro Domínguez emerge como una figura de interés para el entorno de Peña. Hijo del recordado Osvaldo Domínguez Dibb, expresidente del club Olimpia y artífice de sus mayores glorias internacionales, Alejandro culmina su segundo mandato al frente de la Conmebol en 2027. Su estrecha relación con el líder de la ANR, Horacio Cartes, y su influencia en el ámbito deportivo y mediático lo convierten en un potencial candidato para 2028.
Por su parte, Robert Harrison, afiliado al Partido Liberal pero con vínculos con el oficialismo, también se perfila como una opción atractiva. Empresario exitoso y dueño del Grupo Migone, uno de los sanatorios más importantes del país, Harrison ha financiado diversas candidaturas opositoras en el pasado. Sin embargo, su cercanía actual con el entorno de Peña sugiere un posible cambio de rumbo en sus aspiraciones políticas.
La incursión de Domínguez y Harrison en la política no sería un hecho insólito. El padre de Alejandro, Osvaldo Domínguez Dibb, estuvo cerca de disputar la candidatura presidencial colorada en 2002, mientras que Harrison ya fue tentado por el PLRA hace una década. No obstante, su potencial incorporación al oficialismo obligaría a la ANR a modificar nuevamente su estatuto partidario para habilitar alianzas con sectores opositores, un escenario resistido por las bases coloradas.
En medio de estos rumores, la demanda entablada por Domínguez contra el Banco Atlas del Grupo Zuccolillo, propietario del diario ABC Color, añade un nuevo capítulo a la compleja trama de intereses políticos y económicos. La denuncia por presunto lavado de activos y corrupción, que salpica al extitular de la Conmebol, Nicolás Leoz, podría interpretarse como una defensa de los intereses del oficialismo frente a uno de sus principales críticos mediáticos.
Mientras tanto, Peña sigue de cerca la remodelación del estadio que lleva el nombre del padre de Alejandro Domínguez, una obra financiada por la Conmebol con una inversión de 7 millones de dólares. Este gesto, sumado a la fluida comunicación que mantiene con Harrison, alimenta las especulaciones sobre el futuro político de ambos dirigentes deportivos.
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En definitiva, los nombres de Alejandro Domínguez y Robert Harrison emergen como potenciales outsiders en el tablero político paraguayo. Su prestigio en el mundo del fútbol, su influencia mediática y su capacidad económica los convierten en piezas codiciadas por un oficialismo que busca renovar sus figuras y ampliar su base electoral de cara a los próximos desafíos en las urnas. Solo el tiempo revelará si estos rumores se cristalizan en candidaturas concretas o si se diluyen en el siempre impredecible escenario político nacional.
Fuente: La Política Online
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