Las alarmantes cifras de niños y adolescentes desaparecidos en Paraguay pusieron en evidencia las debilidades existentes en materia de búsqueda y rescate. Según datos oficiales, el año pasado se recibieron 904 denuncias de menores de hasta 17 años desaparecidos, de los cuales 381 siguen “en investigación”. Además, tres fueron encontrados sin vida.
La situación no mejoró en lo que va del 2024, con 352 denuncias de desaparición hasta el mes de mayo, de las cuales 197 casos aún se encuentran “en investigación”. Autoridades admitieron que uno de los principales problemas radica en que los padres o tutores no acuden a reportar cuando los menores regresan a sus hogares, dificultando el manejo de datos certeros.
Entre los casos más preocupantes se encuentran los de Héctor Fabián, desaparecido en 2018 a los ocho años en Benjamín Aceval, y Juliette, de Emboscada, de quien no se sabe nada desde 2020, cuando tenía siete años. En este último caso, se llegó a investigar y acusar a los padres por violación del deber del cuidado y abandono, sin obtener respuestas sobre su paradero.
Ante esta situación, el viceministro de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia, Eduardo Escobar Said, reconoció que el Gobierno es consciente de las debilidades existentes en materia de búsqueda y rescate de desaparecidos. Sin embargo, destacó que se está trabajando en un proyecto de ley que establecerá un marco legal para nuevos protocolos relacionados a la desaparición de niños, adolescentes y adultos, similar a la “Alerta AMBER”.
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Escobar Said explicó que actualmente, luego de la denuncia ante la Policía, se comunica el caso a instituciones como la Fiscalía, Ministerio de la Niñez, Defensa Pública y Migraciones, entre otras, para intentar localizar al menor. No obstante, admitió que no existen protocolos de actuación bien definidos y que los trabajos se realizan “de manera empírica”.
El funcionario reconoció que Paraguay se encuentra décadas atrasado en esta materia y que, con el nuevo proyecto de ley y su reglamentación, se busca operativizar mejor los trabajos, al contar con protocolos de actuación para todos los agentes policiales e instituciones involucradas, además de capacitaciones específicas.
Por su parte, el subcomisario Felipe Figueredo, del departamento de Búsqueda y Localización de la Policía, señaló que las principales causas de desaparición de niños y adolescentes son las disputas legales sobre la tutela, donde uno de los padres se lleva al menor sin avisar al otro progenitor, y el abandono del hogar, principalmente durante la adolescencia debido a problemas con padres o tutores.
En este sentido, el psicoterapeuta cognitivo Marcelo Martínez resaltó la importancia de una comunicación asertiva entre padres e hijos adolescentes, evitando herir o generalizar. Destacó que los adolescentes atraviesan una etapa de inestabilidades emocionales y dificultades en la autorregulación, por lo que los padres deben adoptar un rol orientador y validar las emociones de sus hijos, sin prohibirles sentir, pero guiándolos hacia acciones más asertivas.
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El terapeuta recomendó implementar cambios en la rutina y la cotidianeidad, demostrando interés por los gustos e intereses de los adolescentes, y no temer a la terapia psicológica como herramienta para mejorar la crianza. Asimismo, enfatizó la necesidad de que los padres estén presentes y brinden orientación durante esta etapa de exploración y consolidación de la identidad y autoestima de los jóvenes.
Fuente: ABC.