María Lujan el día en el que, pese a las circunstancias, festejó sus 15 años de vida.
En un emotivo acto, María Luján, una valiente joven de 15 años, ha recibido el regalo más preciado: un nuevo corazón que late con fuerza en su pecho. Tras una extenuante cirugía que se prolongó por casi 15 horas, el equipo médico del Hospital Pediátrico Acosta Ñu logró realizar con éxito el anhelado trasplante, brindándole a María Luján una segunda oportunidad de vida.
La noticia fue confirmada por la doctora Nancy Garay, directora de Cardiología del hospital, quien con emoción relató los desafíos y la dedicación del equipo médico durante este complejo procedimiento. A pesar de las dificultades inherentes a una intervención de tal magnitud, la pericia y el compromiso inquebrantable de los profesionales de la salud se tradujeron en un resultado exitoso que llena de esperanza a la joven y a su familia.
Actualmente, María Luján se encuentra en la unidad de terapia intensiva, donde recibe los cuidados especializados y el monitoreo constante que su condición requiere. Aunque aún depende de la asistencia de equipos médicos avanzados, los doctores se muestran optimistas y aliviados al haber superado la etapa más crítica del proceso postoperatorio.
El camino de María Luján ha estado marcado por la fortaleza y la perseverancia. Diagnosticada con miocardiopatía dilatada posviral, una afección que debilitó gravemente su corazón, la joven tuvo que ser conectada a un corazón artificial en enero pasado para mantenerla con vida. A pesar de las adversidades, su espíritu luchador no se doblegó, y en abril celebró su cumpleaños número 15 rodeada del cariño de sus seres queridos y el dedicado personal médico que la acompaña en esta travesía.
Durante cinco largos meses, María Luján aguardó con ilusión y esperanza la llegada de un donante compatible que le permitiera recibir un nuevo corazón. Cada día representaba un desafío, pero también una oportunidad para aferrarse a la vida y a la posibilidad de un futuro mejor. Finalmente, ese anhelo se hizo realidad, y hoy, gracias a la generosidad de una familia donante, el corazón de María Luján late con renovada vitalidad.
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Este milagro de vida no hubiera sido posible sin la solidaridad y el altruismo de aquellos que toman la valiente decisión de donar órganos. Su gesto desinteresado tiene el poder de transformar destinos y brindar esperanza a personas como María Luján, quienes luchan contra enfermedades que amenazan su existencia. Cada donante es un héroe anónimo que deja un legado de amor y compasión, un testimonio de la nobleza del espíritu humano.
Fuente: ABC Color
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