La Fiscalía ha presentado acusación contra tres personas, entre ellas un coronel, por presunto soborno agravado al intentar introducir un teléfono celular al recluso Miguel Insfrán, alias “Tío Rico”, en la cárcel de Viñas Cué. Los fiscales Francisco Cabrera Sanabria y María Verónica Valdez Rivas, de la Unidad Especializada en Delitos Económicos y Anticorrupción, presentaron los cargos ante el juez penal de Garantías Especializado en Delitos Económicos del Primer Turno, Humberto Otazú.
Según la acusación, el militar Luis María Belotto y su esposa, Alba Lidia Ale de Belotto, ofrecieron la suma de 10 millones de guaraníes al mayor Guillermo Moral Centurión a cambio de que introdujera clandestinamente un teléfono celular y se lo entregara a Insfrán Galeano en la cárcel. La Fiscalía sustenta sus acusaciones en interceptaciones de comunicaciones realizadas con autorización judicial, extracción de datos de teléfonos celulares, informes de la Dirección de Servicio de Justicia Militar, grabaciones de circuito cerrado y testimoniales ofrecidas.
Se destaca que el mayor Guillermo Moral se encontraba en un acto de servicio, desempeñándose como jefe del Área Penal en el penal militar de Viñas Cué, donde se encontraba recluido “Tío Rico”. Además, se señala que los reclusos tienen prohibido poseer teléfonos celulares, según el Código de Ejecución Penal y el Reglamento Penitenciario del penal de Viñas Cué.
Leé también: Pastor José Insfrán prepara demanda contra el Estado por daños y perjuicios tras operativo A Ultranza
La jueza Rosarito Montanía había establecido un protocolo de seguridad para el interno Miguel Insfrán el 26 de mayo de 2023, disponiendo el uso restringido del teléfono celular. La Fiscalía también indica que el ofrecimiento de dinero realizado por Belotto y su esposa fue por pedido del abogado Miguel Mendieta, representante convencional de Insfrán, quien incluso entregó el dinero para el pago al funcionario público.
Unite a nuestro canal de WhatsApp
La Fiscalía considera que los procesados conocían sus acciones y anhelaban el resultado, buscando un beneficio económico y proporcionarle el teléfono celular al defendido. Sostienen que las conductas son dolosas y que se hallan reunidos los presupuestos para una acusación por soborno agravado, ameritando que la causa sea dilucidada en un juicio oral y público.
Fuente: Última Hora
