Finalmente, el presidente Santiago Peña ha tomado la decisión de mantener a Lea Giménez en su cargo como jefa del Gabinete Civil, desactivando así la creciente tensión que se había generado en torno a su posible salida. La confirmación de Peña llega tras su retorno de una gira por Estados Unidos y pone fin a las especulaciones que circulaban en los pasillos del poder.
A pesar de la intensa presión ejercida por ciertos sectores de la Asociación Nacional Republicana (ANR) para que Giménez fuera reemplazada, ninguna fuente oficialista se atrevió a desmentir los rumores que apuntaban a su designación como embajadora de Paraguay en Estados Unidos.
Sin embargo, el presidente ha optado por respaldar a su mano derecha, quien además cuenta con el beneplácito del gobierno de Joe Biden, cuya agenda ha sido asumida por Peña, especialmente tras su encuentro con Laura Richardson en la sede del Comando Sur en Miami.
La importancia de Lea Giménez en la hoja de ruta del gobierno de Peña trasciende los proyectos internos, extendiéndose también a las relaciones internacionales del país. A diferencia de Ángel Ramón Barchini, quien se vio obligado a renunciar como ministro de Justicia, Giménez ha logrado sortear los obstáculos y mantener la confianza del presidente.
En este último tramo, Peña ha comenzado a fortalecer su perfil tanto en las decisiones de gobierno como en su vínculo con las bases coloradas. Si bien no se aleja de Horacio Cartes, el mandatario busca marcar cierta distancia en algunos aspectos para reflejar su autonomía.
“Lea Giménez es una mujer demasiado importante dentro de la estructura de gobierno, es una amiga, es una compañera, es una persona con la que vengo trabajando y por supuesto, una enorme responsabilidad, creo que esa usina de rumores no hace ninguna ayuda, ella seguirá siendo un soporte fundamental del gobierno”, declaró el presidente ante los medios de comunicación.
Peña admitió conocer el origen de las versiones sobre la salida de Giménez, pero prefirió no ahondar en el tema debido a las múltiples preocupaciones que ya enfrenta. Dentro del Gabinete, se ha hablado frecuentemente de la presión ejercida por las bases coloradas para apartar a Giménez debido a su estilo cerrado y sus bloqueos a los contratos en las instituciones. Incluso surgió una puja con José Alberto Aderete, asesor político de la presidencia, a quien también se mencionó como posible reemplazo.
No obstante, el presidente subrayó que los cambios son una constante y que continuarán produciéndose a lo largo de los próximos cuatro años, ya que todos los ministros están siendo evaluados. “No hay que dramatizar los cambios como el caso del ministro de Justicia que pidió dar un paso al costado”, puntualizó.
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Asimismo, Peña volvió a cuestionar a los medios de comunicación, adoptando una postura definida contraria a este sector, a pesar de su discurso en favor de la protección al libre ejercicio de la prensa. El presidente señaló que, desde las elecciones pasadas, algunos medios han sobrepasado su rol de comunicación, incurriendo en desinformación, polarización y posverdad.
Fuente: La Política Online
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