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Cerro Porteño, una vez más, naufraga en la Copa Libertadores

El Ciclón de Barrio Obrero se queda una vez más en la orilla de la ansiada Copa Libertadores, incapaz de avanzar pese a condiciones favorables.

Foto: Emilio Bazán.

Una vez más, el sueño de Cerro Porteño en la Copa Libertadores se esfumó de manera abrupta. El Ciclón de Barrio Obrero sucumbió ante Colo Colo en su propio reducto, incapaz de aprovechar las condiciones favorables que se presentaban. El empate 1-1 en la última fecha selló la amarga eliminación del conjunto paraguayo.

Desde el pitazo inicial, el equipo dirigido por Manolo Jiménez salió con una intensidad desmedida, presionando de manera frenética. Sin embargo, los chilenos, con jugadores de exquisito toque, supieron manejar la posesión, descomprimiendo la asfixiante presión local con precisos pases de primera intención.

Fue Guillermo Paiva quien desestabilizó por completo la zaga cerrista con su movilidad y desborde. Ante la deficiente cobertura del mediocampo, conformado por Piris da Motta y Fabrizio Peralta, la defensa azulgrana se vio constantemente superada.

No tardó en llegar el golpe certero de Colo Colo. Tras desaprovechar algunas ocasiones claras, los chilenos se pusieron en ventaja desde el punto penal gracias a la conquista de Carlos Palacios. La infracción fue provocada por Paiva, quien capitalizó un error entre Juan Iturbe y Ronaldo Dejesús.

A pesar de igualar las acciones gracias a un tanto de Federico Carrizo, asistido de manera magistral por Robert Piris da Motta, Cerro Porteño nunca logró recomponerse futbolísticamente. El equipo siguió desesperado, presionando sin criterio, mientras Colo Colo desaprovechaba ocasiones de sentenciar el partido debido a malas decisiones en ofensiva.

En el segundo tiempo, el conjunto paraguayo jugó a las desesperadas, empujando sin ideas claras. Las figuras estuvieron desconectadas, siendo Iturbe el principal ausente en labores ofensivas. En un movimiento incomprensible, Manolo Jiménez sacrificó a Carrizo, el jugador que mejor había rendido, en busca de la velocidad del joven Gabiel Aguayo.

Cerro Porteño pecó de excesiva velocidad en ataque, sin criterio ni pausa. Sacaron a quien mejor pensaba el juego, Pachi Carrizo, privilegiando la desesperación sobre la inteligencia táctica. Pese a generar algunas aproximaciones con pelotazos en los instantes finales, la fortuna tampoco estuvo de su lado. Como broche de oro, Alan Benítez vio la roja en el último minuto.

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Así, una vez más, el anhelo de gloria continental se esfumó para el Ciclón, que deberá conformarse con la Copa Sudamericana. La pesadilla en la Libertadores se repite como una constante amarga en el seno del club azulgrana.

Fuente: Versus