Salud

Virus Sincicial Respiratorio: principal causa de bronquiolitis y neumonía en lactantes

El Virus Sincicial Respiratorio (VSR) es la causa más común de bronquiolitis y neumonía en lactantes, con alta circulación de otoño a primavera y fácil contagio.

Imagen ilsutrativa. Gentileza.

El Virus Sincicial Respiratorio (VSR) es un agente infeccioso altamente contagioso que representa la causa más frecuente de infecciones respiratorias agudas (IRA) en lactantes y niños pequeños. Este virus se propaga fácilmente a través de gotitas respiratorias cuando una persona infectada tose o estornuda, o al entrar en contacto con superficies contaminadas. La época de mayor circulación del VSR se extiende desde el otoño hasta la primavera, abarcando un período de 20 a 25 semanas al año.

En la mayoría de los bebés, la infección por VSR suele provocar síntomas leves similares a los de un resfriado, como congestión nasal, tos, fiebre y disminución del apetito. Sin embargo, este virus también puede causar infecciones de las vías respiratorias inferiores, como bronquiolitis y neumonía, que pueden llegar a ser graves y requerir atención médica. De hecho, el VSR es la principal causa de hospitalización entre los lactantes, siendo responsable de entre el 50 y el 90% de las hospitalizaciones por bronquiolitis en este grupo etario.

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La bronquiolitis por VSR es una enfermedad muy frecuente en niños menores de 2 años, y casi el 70% de los lactantes contraerán el virus durante su primer año de vida. A pesar de que en la mayoría de los casos la bronquiolitis por VSR es una enfermedad autolimitada que tiende a mejorar por sí sola, es imposible predecir qué niño desarrollará una enfermedad grave, ya que el 80% de los niños que requieren hospitalización son niños sanos y nacidos a término. Aunque no es una enfermedad de alta letalidad, cada año se lamentan algunas muertes debido a las complicaciones causadas por este virus.

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Para reducir las posibilidades de contagio, es fundamental adoptar medidas preventivas y reconocer los síntomas y señales de alerta. Si un lactante presenta dificultad para respirar, sibilancias, fiebre o signos de deshidratación, se debe buscar atención médica de inmediato. Entre las medidas preventivas se encuentran el lavado frecuente de manos con agua y jabón, evitar el contacto cercano con personas enfermas, el uso de mascarilla por parte del cuidador, mantener la lactancia materna exclusiva en menores de 6 meses y la higienización regular de juguetes, chupetes y superficies que entren en contacto con el bebé.