Según el Boletín Estadístico publicado por el Banco Central del Paraguay (BCP) al cierre de marzo de 2024, la morosidad en los créditos otorgados por bancos y financieras ha experimentado un incremento significativo. En el caso de los bancos, la tasa de morosidad alcanzó el 3,23% del total de los créditos facilitados, mientras que en las financieras se situó en un preocupante 7,10%.
Este aumento en la morosidad estaría reflejando las dificultades que enfrentan los sectores más afectados durante la pandemia y pos pandemia para cumplir con sus obligaciones financieras, incluso después del vencimiento de los plazos de gracia otorgados. Las carteras de comercio al por menor, consumo y servicios personales son las que presentan una mayor proporción de créditos con retrasos, superando el 5% de morosidad.
Por otro lado, las carteras menos afectadas por la morosidad son las de agribusiness y ganadería, con tasas inferiores al 2%. Sin embargo, la persistencia de altas tasas de interés podría agravar la situación de algunos sectores, aumentando aún más la morosidad. No obstante, una mejora en la actividad económica podría contribuir a contrarrestar parcialmente esta presión.
En cuanto a las tarjetas de crédito, el saldo contable en el sistema financiero alcanzó un récord histórico de G. 3,54 billones al cierre del primer trimestre del año, lo que representa un incremento interanual del 14,8%. Además, el número de plásticos activos superó los 983.553, un aumento del 10,9% respecto a marzo de 2022. Se estima que, de mantener esta tendencia, se podría llegar al millón de plásticos en circulación para mediados de año.
A pesar del aumento en las tasas de interés, la demanda de tarjetas de crédito sigue siendo elevada debido a la facilidad que ofrecen para financiar el gasto en consumo, gracias a las alianzas con el sector privado. Esta herramienta financiera sigue despertando el interés del público que busca compensar el deterioro de su poder adquisitivo.
En lo que respecta a otros sectores, los préstamos destinados a la construcción presentan una tasa de morosidad del 5,48%, mientras que los créditos para comercios al por menor alcanzan el 5,29%. Los préstamos de consumo ascienden a una morosidad del 5,62%, y los destinados a la compra de vehículos se sitúan en un preocupante 5,72%, siendo esta última la cartera con mayor atraso.
Los préstamos para la adquisición de vehículos han sido consistentemente una de las carteras con mayores dificultades en los últimos años. Según agentes del sector bancario, uno de los principales problemas radica en los refuerzos o pagos adicionales que los prestatarios deben realizar al finalizar el año, de acuerdo con los planes de financiamiento establecidos, que generalmente se extienden a 60 meses.
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En el sector de la construcción, los resultados de morosidad pueden estar explicados por el retraso que había tenido el gobierno en los pagos a sus proveedores, principalmente empresas constructoras, con un monto adeudado de aproximadamente USD 300 millones.
Fuente: El Nacional
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