Ninfa Morales, condenada a 22 años de cárcel por la muerte de Veronica Gariazu. ABC Color
La presa Ninfa Morales, condenada a 22 años de reclusión por el asesinato de su colega Verónica Gariazu, murió este lunes en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente (Ineram), según confirmaron fuentes oficiales. La mujer, de 37 años, fue trasladada de emergencia desde la Penitenciaría Nacional Femenina tras sufrir un presunto infarto.
Morales cumplía condena por el crimen de Gariazu, ocurrido en octubre de 2014. La víctima, abogada de 36 años, fue hallada muerta en el automóvil de su pareja sentimental con tres impactos de bala en el cuerpo, en un aparente crimen pasional.
En el juicio oral y público llevado a cabo en 2017, Morales fue sentenciada a más de dos décadas de prisión, mientras que un guardia de seguridad llamado Juan Carlos Vergara recibió una pena menor por encubrimiento y destrucción de pruebas.
Según la investigación, Morales, quien laboraba con Gariazu, le pidió prestada un arma a Vergara supuestamente para “defenderse”. Sin embargo, utilizó el revólver para asesinar a su compañera, presuntamente por motivos pasionales.
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Tras el crimen, la homicida devolvió las pertenencias de Gariazu y el arma homicida a Vergara, quien se deshizo de las evidencias. Este actuar le valió la condena por frustración a la persecución penal.
La teoría del “crimen pasional” siempre fue rechazada por la familia de la víctima, quienes aseguraban que Gariazu tenía una relación estable y descendencia.
El caso conmocionó a la opinión pública por la brutalidad del asesinato y las hipótesis en torno al móvil, que apuntaban a un presunto vínculo sentimental entre las colegas rechazado por una de ellas.
Con el fallecimiento de Morales se cierra un capítulo de este escabroso crimen que mantuvo en vilo al país en su momento y despertó el repudio social.
Fuente: ABC Color
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