Los robos de teléfonos móviles se han convertido en la puerta de entrada para el vaciamiento de cuentas bancarias de las víctimas. Según informó el comisario Diosnel Alarcón, jefe de Delitos Informáticos de la Policía Nacional, los delincuentes ya no buscan únicamente el valor del dispositivo en sí, sino la información contenida en él para acceder a aplicaciones financieras y apropiarse del dinero.
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El modus operandi de este esquema delictivo comienza con el hurto del teléfono, generalmente en situaciones de aglomeración de personas. Posteriormente, los dispositivos son vendidos a bajo precio a “reduccionistas”, quienes recurren a técnicos especializados para desbloquear las pantallas y realizar transacciones no autorizadas.
Una de las principales vulnerabilidades que aprovechan los delincuentes es la debilidad en las medidas de seguridad adoptadas por los usuarios.
“Todavía hay personas que utilizan como contraseña del teléfono 1,2,3,4, así como los últimos dígitos del número de celular o de cédula, que es uno de los errores más comunes”, advirtió el comisario Alarcón.
Además de las contraseñas débiles, los delincuentes recurren a “ataques de fuerza bruta” mediante software especial para descifrar las claves de acceso. Una vez desbloqueado el dispositivo, el siguiente paso es ingresar a las aplicaciones de entidades financieras de las víctimas.
En muchos casos, los propios usuarios facilitan el acceso a los pines de transacción al anotarlos en bloc de notas o contactos dentro del teléfono. Esto permite a los delincuentes realizar operaciones fraudulentas con mayor facilidad.
Otra técnica empleada es la “ingeniería social”, que consiste en manipular a las víctimas para obtener las contraseñas. Esto puede darse a través de llamadas o correos electrónicos fraudulentos que se hacen pasar por compañías de telecomunicaciones o bancos, o mediante el envío de códigos maliciosos (malware) con avisos falsos sobre la recuperación del celular robado.
El comisario Alarcón recomienda a los usuarios fortalecer las medidas de seguridad, evitando contraseñas débiles y reutilizadas, y habilitando el doble factor de autenticación. Asimismo, resalta la importancia de denunciar oportunamente estos hechos a la Policía y a las entidades bancarias para atajar y revertir las operaciones fraudulentas.
Aunque los sistemas operativos como iOS implementan mayores controles de seguridad en comparación con Android, el experto advierte que ninguna medida empresarial será efectiva si los usuarios no toman conciencia sobre la ciberseguridad.
Solo en el 2023, Delitos Informáticos de la Policía Nacional ha recibido denuncias por fraudes relacionados a este esquema delictivo por un valor de USD 1,5 millones. Uno de los casos más recientes involucró el robo de G. 20 millones de una cuenta corriente y la solicitud de créditos por G. 33 millones adicionales.
Ante este escenario, se vuelve crucial que los usuarios adopten medidas de seguridad robustas y estén alerta ante cualquier actividad sospechosa relacionada con sus dispositivos móviles y cuentas bancarias. Solo a través de la prevención y la acción oportuna se podrá hacer frente a este creciente problema de ciberseguridad.
Fuente: Última Hora
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