Alumnas y profesoras de la Escuela Asuncena de Manualidades. Acervo Ercilia Balbuena. Foto extraída de la Imagoteca de Milda Rivarola. Agencia IP
En el marco del Día del Maestro, es importante reflexionar sobre la evolución de la educación en Paraguay a lo largo de su historia. A través de ocho aspectos destacados, recordamos el invaluable aporte de los maestros y maestras en la formación de generaciones y en la construcción de un futuro prometedor para el país.
Durante el siglo XVII, los estudios superiores estaban destinados principalmente a la élite y se centraban en la enseñanza de la gramática latina, la teología y algunos aspectos de los cánones. El Real Colegio Seminario de San Carlos en América ofrecía una educación diversificada que incluía ramas como teología moral y dogmática, filosofía y artes, y gramática y latín. Sin embargo, la política lingüística del gobierno persistió en su intento de eliminar el guaraní, considerado un obstáculo para el progreso y asociado con la barbarie.
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La educación de las mujeres experimentó un cambio significativo en el siglo XIX con la llegada de mujeres europeas que fundaron institutos privados para instruir a niñas y señoritas de la élite paraguaya. Pioneras como Josefa Mercé de Vidal, Eduviges M. Riviére, Dorothea Duprat y Luisa Balet abrieron escuelas de primeras letras y ampliaron el programa educativo incluyendo materias como historia, geografía, literatura y nociones de física e historia natural.
El Colegio Seminario de San Carlos no solo formó sacerdotes y líderes religiosos, sino que también cultivó el talento intelectual de figuras destacadas en la historia política del país, como José Gaspar Rodríguez de Francia y Carlos Antonio López, quienes posteriormente marcarían el rumbo político del Paraguay.
Las Instrucciones de la Junta Superior Gubernativa de 1812 establecieron principios fundamentales sobre la educación y el castigo, promoviendo un enfoque más reflexivo y humano. Se rechazó el uso de la violencia y se introdujeron nuevas formas de corrección basadas en el vituperio y la vergüenza.
Tras la Guerra de la Triple Alianza, surgieron las primeras respuestas institucionales para abordar la situación educativa en Paraguay. Se estableció la Comisión Protectora de los Paraguayos Desvalidos y Huérfanos, se decretó la obligatoriedad de la instrucción pública y la Constitución de 1870 hizo referencia a la educación, estableciendo su obligatoriedad y la liberación de derechos aduaneros para los materiales educativos.
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A lo largo de la historia, la Iglesia desempeñó un papel central en los primeros intentos de educación en la región, centrándose en la catequesis y la instrucción básica asociada a la evangelización. Las primeras iniciativas educativas en Asunción datan de 1542 y 1543, con la apertura de casas de difusión de la doctrina a cargo de religiosos.
En este Día del Maestro, celebramos la dedicación y el compromiso de los educadores con la formación de las futuras generaciones y la preservación de la identidad cultural paraguaya. Su legado continúa inspirando a alcanzar nuevas alturas en el campo de la educación y el conocimiento.
Fuente: Agencia IP
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