En conmemoración del Día Internacional del Pene, el presidente de la Sociedad Paraguaya de Urología, doctor Gustavo Codas, destacó la importancia de desmitificar los estigmas que aún persisten en torno a la salud reproductiva masculina. Si bien año tras año se observa un incremento en las consultas urológicas, especialmente impulsado por las campañas de “Noviembre Azul”, aún existe cierto recelo por parte de los hombres a la hora de acudir al especialista.
Codas resaltó que, culturalmente, los varones tienden a postergar las consultas con los urólogos hasta que presentan síntomas significativos. Sin embargo, desde el Ministerio de Salud no se cuenta con datos concretos sobre las estadísticas de consultas, pues muchas veces los pacientes optan por acudir directamente al sector privado.
En este sentido, el especialista aprovechó la ocasión para ahondar en las enfermedades más recurrentes que afectan al pene, así como para concientizar sobre la importancia de realizarse controles periódicos y prestar atención a las señales de alarma.
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Según indicó, uno de los motivos de consulta más frecuentes en Paraguay son las enfermedades de transmisión sexual, entre las que destacan el virus del papiloma humano (VPH), herpes, sífilis, uretritis (conocida comúnmente como gonorrea) y bacterias asintomáticas como la clamidia o el micoplasma genital. Estas afecciones suelen presentarse principalmente en hombres de entre 20 y 30 años, aunque pueden afectar a todas las edades.
Otra de las problemáticas más comunes es la disfunción eréctil, también conocida como impotencia, que se manifiesta como la incapacidad de mantener una erección hasta el final del acto sexual. Si bien esta condición es más recurrente en hombres mayores de 50 años, también puede afectar a individuos más jóvenes, siendo en estos casos su principal causa los problemas psicógenos.
“Por ejemplo, la persona tiene una expectativa muy elevada de la actividad sexual y, cuando se da cuenta de que no es como se ve en las películas, se va frustrando. Esa frustración va llevando a una crisis de ansiedad y a la disfunción eréctil”, explicó Codas. En estos casos, además de la consulta urológica para descartar enfermedades subyacentes, se requiere de un soporte psicológico y, en ocasiones, el uso de fármacos que faciliten superar esa barrera.
Asimismo, el especialista hizo énfasis en la enfermedad de Peyronie, caracterizada por curvaturas en el pene debido a traumatismos o daños, lo que dificulta o impide la penetración sexual. Esta afección afecta entre el 1% y el 3% de los hombres.
Más allá de estas patologías específicas, Codas instó a los varones a prestar atención a ciertas señales de alarma, como problemas recurrentes para lograr una erección satisfactoria, molestias urinarias, incontinencia urinaria y lesiones a nivel del pene o testículos. Además, enfatizó la importancia de realizarse autoexámenes testiculares con regularidad para detectar cualquier anomalía o malformación.
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“Tenemos que poder palpar y tener idea de si aparecen cosas nuevas o se ponen duras con los días. Eso es motivo de consulta”, subrayó el médico, quien instó a los hombres a quitarse el estigma y acudir al urólogo periódicamente, especialmente a partir de los 50 años, sin importar la ausencia de síntomas.
Fuente: ABC.
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