El diputado Yamil Esgaib (centro) junto con sus hijas Navila (izq.) y Magida y su hijo Nasser (parado), actual concejal de Asunción, entre otros familiares. Esgaib tiene 8 hijos y 15 nietos.
El nepotismo parece ser una constante en la familia del diputado cartista Yamil Esgaib Mansia. Sus hijas, Magida y Navila Esgaib, han logrado posiciones privilegiadas en la función pública, a pesar de no contar con títulos universitarios.
El caso más reciente es el de Navila Esgaib Ortega, quien siendo funcionaria de la Municipalidad de Asunción, consiguió un comisionamiento a la Itaipú Binacional a finales del año pasado, lo que le permite recibir un “sobresueldo” de G. 6 millones, sumando un total de G. 11.122.892 mensuales.
El comisionamiento de Navila Esgaib a Itaipú se dio tras un pedido realizado por el actual director paraguayo y exdiputado cartista, Justo Zacarías Irún, al intendente de Asunción, Óscar “Nenecho” Rodríguez.
La solicitud fue procesada rápidamente y en tan solo 20 días, el intendente firmó la resolución autorizando la comisión con goce de sueldo por un año. Este hecho evidencia la influencia política y las redes de poder que favorecen a la familia Esgaib.
Por otro lado, Magida Esgaib Zgaib, otra hija del diputado, también ha sido beneficiada con un contrato en la Embajada del Reino Unido, donde percibe un salario mensual de G. 21.861.000, a pesar de no haber concluido sus estudios universitarios.
Llamativamente, no hay rastros de su declaración jurada de bienes y rentas en el portal web de la Contraloría General de la República, tal como lo exige la ley.
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El diputado Yamil Esgaib y su clan familiar representan una carga significativa para los contribuyentes, con erogaciones mensuales que superan los G. 90 millones.
Sin embargo, el legislador parece reacio a rendir cuentas y considera las consultas ciudadanas como una “emboscada” con “preguntas agresivas e intrusiones a su espacio personal”. Esta actitud evidencia una falta de transparencia y responsabilidad hacia la ciudadanía.
Es importante destacar que tanto Navila como su hermano Nasser Esgaib Ortega ingresaron a la función pública coincidentemente después de que su padre asumiera como concejal de Asunción. Navila llegó a la comuna capitalina en 2011, mientras que Nasser lo hizo en 2013, también como funcionario municipal.
El nepotismo en la familia Esgaib es un claro ejemplo de cómo algunos políticos utilizan su influencia y poder para favorecer a sus familiares, otorgándoles puestos y beneficios en la función pública, sin importar su preparación o méritos. Esta práctica socava la confianza de los ciudadanos en las instituciones y genera un clima de desigualdad e injusticia.
Fuente: ABC Color
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