Mientras las futbolistas brasileñas alzaban su voz en protesta contra el regreso de un entrenador acusado de acoso por 19 jugadoras, una joven promesa del balompié paraguayo afrontaba una inesperada suspensión al inicio de la temporada 2024. Su club recibió una notificación de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) que le impedía participar en el Campeonato Anual debido a su renuncia a la selección nacional.
La razón detrás de esta decisión, tomada a pocos días del inicio del torneo Sudamericano Sub 20, fue revelada por la propia jugadora en un relato presentado ante el Tribunal de Ética de la APF. “Tenía miedo. Sentía que, si viajaba, durante la estadía para el torneo podían pasar cosas peores”, expresó, refiriéndose a las persistentes situaciones de acoso que sufría por parte de un miembro del cuerpo técnico de la selección.
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Cuando la presión se volvió insostenible, la futbolista confió su angustia a la psicóloga del equipo, quien se comprometió a abordar la conducta inapropiada del profesional en cuestión. Sin embargo, lejos de cesar, el acoso se transformó en una actitud de responsabilizar a la jugadora por cualquier conflicto que surgiera en el grupo. Temerosa de las consecuencias y sin atreverse a compartir su experiencia con nadie más, la joven optó por renunciar a la selección, alegando motivos personales y firmando su dimisión ante testigos.
La suspensión impuesta por la APF tras su renuncia reavivó los dolorosos recuerdos de lo vivido en la Sub 20. En una extensa nota dirigida al Tribunal de Ética, la futbolista detalló cómo, desde los primeros días de entrenamiento y concentración, fue víctima de episodios de acoso por parte del integrante del cuerpo técnico. Desde posicionarse constantemente en su equipo durante las prácticas hasta tocarla inapropiadamente en el gimnasio, invadir su habitación sin previo aviso e incluso esperarla a la salida de las duchas, las situaciones descritas generaron un profundo malestar en la joven, quien inicialmente creyó que se trataba de atenciones profesionales.
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Transcurrieron nueve días desde que la futbolista presentó su denuncia ante el Tribunal de Ética, conformado por los doctores José Altamirano, Rodrigo Yódice y Roberto Aponte Soto. A pesar de la gravedad de los hechos relatados, aún no recibió respuesta alguna por parte de este organismo. Mientras tanto, las autoridades del departamento de fútbol femenino de su club se reunirán con la ministra de la Mujer, Cynthia Figueredo, para solicitar la implementación de un protocolo de acción frente a casos de acoso en la APF.
La valiente jugadora, cuya identidad se mantiene en reserva, expresó su anhelo de que situaciones como la que ella vivió no vuelvan a repetirse. “Las mujeres deportistas merecemos vivir sin miedo mientras nos dedicamos al deporte que tanto amamos y más aún cuando de servir a nuestra selección se trata”, enfatizó en su comunicación al Tribunal de Ética.
Fuente: ABC.
