La reciente escalada en los precios del tomate generó inquietud tanto entre comerciantes como importadores de productos frutihortícolas, ante una situación que se describe como atípica pese a la libre importación. Este fenómeno resonó particularmente en los mercados locales, donde la demanda continua no se corresponde con la oferta disponible.
Representantes del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semilla (Senave) confirmaron la autorización de ingreso de cosechas extranjeras, oscilando entre 150.000 y 180.000 kilogramos diarios. Estas cifras reflejan un intento por equilibrar el mercado local frente a las intermitencias en la producción nacional, que no se sostiene durante todo el año.
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El déficit en la importación de tomates, especialmente desde Argentina, se identificó como una consecuencia directa de desabastecimiento en el país vecino. Aunque las autorizaciones para la importación están en vigor, la realidad es que los volúmenes importados no están cumpliendo con las expectativas, exacerbando la escasez y elevando los precios a nivel local.
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Comerciantes locales expresaron su preocupación, atribuyendo el alza de precios no solo a la falta de suministro, sino también a factores externos como las adversidades climáticas que afectan a la producción argentina, además de la inestabilidad cambiaria que impacta directamente los costos de importación.
Esta situación pone en relieve la dependencia del mercado local en las importaciones para satisfacer la demanda constante de tomates, destacando la necesidad de estrategias más robustas que aseguren la estabilidad en el suministro y los precios.
Fuente: El Nacional.
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