Marcha campesina expone tensiones con el gobierno por minimizar problemas

La edición 30 de la tradicional marcha campesina de la Federación Nacional Campesina (FNC) evidenció las crecientes tensiones y distanciamiento con el Gobierno, tras las declaraciones minimizando los problemas del campo y la falta de políticas concretas para el sector.

La movilización anual, que tuvo su acto central frente al Congreso Nacional, se vio empañada por los cuestionados dichos de los ministros de Agricultura y Ganadería, Carlos Giménez, y de Educación, Luis Ramírez.

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El vocero de la FNC, Marcial Gómez, no dejó pasar las palabras del titular del Ministerio del Ambiente y las Ganadería (MAG), quien aseguró que varias organizaciones no se pliegan a la protesta por estar “satisfechas” con el apoyo gubernamental.

En tono crítico, Gómez calificó como irresponsables estas declaraciones que minimizan las problemáticas que aquejan al campesinado paraguayo.

Pero el desacierto del ministro Giménez no se quedó ahí. Propuso a los manifestantes que “cambien de rubro” si no están conformes, ante lo cual el dirigente campesino respondió con ironía: “¿Qué va a pasar si los campesinos nos volvemos a otro rubro como la construcción? No vas a comer ladrillos”. Una clara defensa de la importancia de la producción agrícola nacional.

En la misma línea, Gómez criticó los dichos de Luis Ramírez sobre el “ayuno intermitente” que deberían practicar los niños debido a la reducción de la merienda escolar con el proyecto “Hambre Cero”.

Conceptos que desnudan la distancia entre el Ejecutivo y las demandas históricas del movimiento campesino.

Es así que, además de los reclamos sectoriales por acceso a servicios básicos, reforma agraria, asistencia técnica y no criminalización de la lucha por la tierra, la FNC volvió a cuestionar la política agraria del gobierno de Santiago Peña. Un alejamiento que comenzó en la gestión de Mario Abdo Benítez, cuando la relación con el entonces ministro Santiago Bertoni se tensó por su hostilidad hacia las organizaciones.

Ante los habituales cuestionamientos sobre presuntos privilegios que maneja la FNC en cuanto a recursos públicos, Marcial Gómez reiteró que los controles de asesoría, tecnología y apoyo al campo son atribuciones estatales, no de las organizaciones beneficiarias. Acusaciones que el propio Giménez esgrimió al especular que la Federación “siempre fue la que más asistencia consiguió”, justificando así su permanente movilización.

No obstante, luego de la repercusión negativa, el ministro Giménez rebajó su discurso: “Nosotros estamos presentes en el campo, hacemos gobiernos locales con gobernadores, intendentes y organizaciones campesinas”. Aunque ya las rispideces estaban instaladas en un nuevo capítulo de la histórica tensión entre el campo y las autoridades.

En ese contexto de creciente alejamiento ideológico, no sería descabellado que la FNC dispute el modelo económico del cartismo en las elecciones municipales de 2026 a través de candidaturas propias en sus bases territoriales. En los últimos comicios generales, la Federación ya se inclinó por la fórmula opositora de Efraín Alegre.

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