En una reveladora entrevista con El Observador, el juez de paz José Segundo Velázquez Alfonso expuso la crítica situación que atraviesa el Juzgado de Paz de Lambaré. Con una analogía contundente, el magistrado comparó la forma en que las termitas corroen el edificio del juzgado con la manera en que la corrupción carcome al Poder Judicial.
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Velázquez Alfonso, visiblemente preocupado, señaló que desde hace aproximadamente tres años, el juzgado de paz se encuentra en un estado de abandono alarmante. “El kupi’i (termitas) está atacando los expedientes y el edificio también. El kupi’i es demoledor, entonces es un riesgo”, enfatizó el juez, resaltando la gravedad de la situación.
Ante la consulta sobre la importancia de contar con un local propio para el juzgado, el magistrado recordó que existe una resolución de donación por parte de la Municipalidad, aunque reconoció que está mal redactada. En su momento, se conformó una Comisión Vecinal pro Juzgado de Paz, pero el control recaía en el Ministerio de Justicia, ya que los Juzgados de Paz estaban unidos al Registro Civil bajo su supervisión.
Velázquez Alfonso subrayó la necesidad de contar con un edificio propio, no solo por el ahorro que representaría para el Poder Judicial, sino también para evitar las dificultades actuales.
“Está dirigido por profesionales y bien planificado por el Poder Judicial, previendo la duración y otras cosas, muchas cosas se prevé para tener una duración y el mantenimiento, entonces de a poco se va haciendo”, explicó.
Sin embargo, la realidad actual del juzgado es preocupante. El local se encuentra muy deteriorado, tal como lo constató una inspección realizada por la Corte Suprema de Justicia la semana pasada. El arquitecto que visitó el lugar calificó el estado del edificio como “deplorable” y advirtió sobre los riesgos que implica.
A pesar de las adversidades, el juez y su equipo se esfuerzan por cumplir con su deber y brindar un servicio a la comunidad. “Hacemos lo que podemos, hay gente que no puede subir escaleras; entonces se baja la gente y colabora con eso, yo esa recomendación hago y si hay necesidad yo bajo también. Entonces, arreglamos como podemos, con tal de dar una respuesta, procuramos dar una respuesta”, afirmó Velázquez Alfonso.
El juzgado lleva aproximadamente 12 años en este edificio, pero los problemas edilicios se han agravado en los últimos tres años. La humedad y las termitas no solo afectan la infraestructura, sino también los expedientes, poniendo en riesgo la integridad de la documentación y la labor judicial.
Ante esta situación, el juez y su equipo han insistido en la necesidad de una solución urgente. Se espera una respuesta de la Corte Suprema de Justicia tras la inspección realizada, mientras el personal del juzgado continúa gestionando mejoras y buscando alternativas para garantizar un servicio adecuado a la comunidad.
El caso del Juzgado de Paz de Lambaré es un reflejo de los desafíos que enfrenta el sistema judicial paraguayo, no solo en términos de infraestructura, sino también en la lucha contra la corrupción que socava su integridad.
Así como las termitas corroen el edificio, la corrupción carcome los cimientos del Poder Judicial, erosionando la confianza de la ciudadanía y obstaculizando el acceso a la justicia.
Fuente: El Observador
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