Rubén Ramírez Lezcano con Serguéi Lavrov, el miércoles en Río de Janeiro.
Invitado por Brasil, país anfitrión de la cumbre de cancilleres del G20, Rubén Ramírez Lezcano busca desplegar la diplomacia todoterreno de Santiago Peña con las economías más grandes del mundo.
En su gira de dos días por Río de Janeiro, el ministro de Exteriores se reunió con su par ruso, Serguéi Lavrov, y tiene prevista para este jueves una bilateral con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.
Para Paraguay se trata de una oportunidad para posicionar al país entre los miembros del selecto grupo y, sobre todo, presentar el pragmatismo de la política exterior que postuló Peña antes de llegar al Palacio de López.
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En el caso de Rusia, el presidente se alineó con Ucrania luego de la invasión desatada por Vladimir Putin a finales de febrero de 2022, pero en el cara a cara entre Lezcano y Lavrov la guerra estuvo fuera de agenda.
Esta semana, Peña recibió en Asunción las visitas del canciller británico David Cameron y del senador estadounidense Marco Rubio, con quienes tocó la cuestión de la guerra.
Sin embargo, el gobierno paraguayo busca circunscribir las relaciones bilaterales a los asuntos compartidos, es decir, comercio y cooperación. Es la máxima del presidente para capitalizar las oportunidades y mitigar las debilidades estratégicas de un país chico.
Lezcano llegó a Río con una agenda propia y una posición inmejorable. Paraguay ostenta la titularidad pro témpore del Mercosur y los dos socios más grandes del bloque, Argentina y Brasil, forman parte del G20. Allí se reunirá con Mauro Vieira y Diana Mondino, con quienes coincidió en Asunción a finales de enero.
El canciller quiere explorar la posibilidad de acuerdos con mercados que hasta ahora fueron relegados por el Mercosur. A medida que los intereses de Paraguay se mueven hacia el Este, Lezcano se encargó de abrir una vía de diálogo con sus pares de Arabia Saudita, India, Indonesia, Japón y Corea del Sur, países que estaban en el radar de Peña desde antes de asumir la presidencia pro témpore del bloque.
En el caso de los tratados de libre comercio, el gobierno aprovecha la potencia del Mercosur para encararlos y ahora quiere liderar el proceso de negociaciones.
Lezcano también se cruzó con el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, que ha intentado destrabar el acuerdo comercial entre Bruselas y el Mercosur, una iniciativa que el gobierno paraguayo le encomendó a Brasil.
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Lo cierto es que en los últimos días Paraguay recibió el espaldarazo de dos aliados tradicionales, EEUU y Reino Unido, aunque el plan pasa por expandir las alianzas.
Pero la diplomacia paraguaya tiene límites. Mientras su aporte de limita a los temas macro de la cumbre, como el cambio climático y la reducción de la pobreza, en los temas puntuales está atada a su alineamiento, como en el caso de la guerra entre Israel y Hamas e incluso en el conflicto entre Rusia y Ucrania.
También en su vínculo con Taiwán, cuando es un actor global cada vez más destacado, incluso en los foros internacionales como el G20. Lezcano participa en Río con el objetivo de tejer nuevas relaciones para Paraguay, aunque el margen de acción está acotado por las grandes potencias.
Fuente: LPO
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