Tras días de mutismo, el presidente de la Cámara de Senadores, Silvio “Beto” Ovelar, decidió romper el silencio y admitir que se había opuesto a la arbitraria destitución de la legisladora Kattya González orquestada por el cartismo, pero que debió “acatar” lo resuelto desde las altas esferas de su movimiento.
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Según relató Ovelar, mantuvo un fuerte cruce con el influyente exsenador cartista Juan Carlos Galaverna, quien encabezaba la ofensiva para sacar a González de su banca.
“Así como en otras oportunidades yo gané la pulseada, en esta Galaverna me ganó y tuve que acatar lo que en el comando y la bancada colorada se decidió”, expresó.
Cabe recordar que González fue destituida el pasado jueves en una sesión exprés y sin garantías del debido proceso, en lo que se consideró un claro episodio de persecución política desde el cartismo.
Si bien Ovelar ahora dice haberse resistido, lo cierto es que como presidente de Senadores tenía la responsabilidad de defender los fueros y prerrogativas de González, cosa que no hizo. Al contrario, facilitó y avaló el atropello desde su posición, limitándose después al silencio cómplice.
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Con su tardía confesión pretende ahora mostrarse como una suerte de adversario interno, cuando en los hechos no fue más que otro engranaje funcional a la maquinaria de abuso político que nuevamente dejó en evidencia la decadencia de la democracia paraguaya.
Fuente: ABC Color
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