La posibilidad de una reforma a la Carta Magna plantea un panorama complejo debido a la coyuntura política actual, según advierte experta en análisis político.
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El oficialismo cuenta con mayoría legislativa suficiente para encaminar modificaciones a nivel constitucional, mientras la oposición atraviesa un periodo de fragilidad que dificultaría contrarrestar eventuales excesos.
En ese contexto, la politóloga e historiadora Milda Rivarola examinó la situación que podría configurarse ante una propuesta de enmienda constitucional. Si bien el planteamiento inicial apuntaba a la transferencia total del cobro del impuesto inmobiliario a las comunas, trascendió que eso sería la antesala para una reforma más profunda.
La académica aclaró que normativamente no pueden alterarse aspectos tributarios ni electorales mediante este mecanismo. Por ende, un cambio en ese sentido requeriría de una asamblea constituyente. Precisó que el partido de gobierno ostenta una mayoría absoluta, suficiente para modificar varios artículos de la Constitución.
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Enfatizó que si logran convocar dicha asamblea, tendrían vía libre para una transformación integral, incluyendo la eliminación de la reelección presidencial. Consideró que este es el momento menos propicio para forzar una reforma tan radical, sobre todo por la notoria debilidad de la oposición.
Resaltó que la actual Constitución avanzó mucho en derechos de minorías y pueblos originarios, así como en la protección ambiental. No obstante, alertó que todos esos logros peligran si se da rienda suelta a una reconfiguración constitucional en medio de una relación de fuerzas tan asimétrica. Vaticinó que de prosperar, se podría producir un severo retroceso a nivel de las garantías democráticas conquistadas en las últimas décadas.
La experta recordó que ya desde la asunción de este gobierno se especulaba sobre sus intenciones de forzar cambios a este delicado instrumento jurídico.
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Comparó a los actuales legisladores con los constituyentes de 1992, señalando que en aquel momento primaban las personalidades orientadas al debate de ideas. En contraste, evaluó que ahora impera entre las filas oficialistas un perfil dócil, proclive a acatar directivas antes que discutir propuestas.
Finalmente, planteó a la oposición la necesidad de robustecerse electoralmente para frenar cualquier intento de concentrar poder que atente contra el Estado de Derecho.
Si bien admitió los obstáculos debido a sus profundas divisiones internas, confió en que la ciudadanía pueda manifestarse para impedir un nuevo período autoritario.
Fuente: Última Hora
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