En un hecho que sacudió los cimientos de la penitenciaría de mujeres Casa del Buen Pastor, dos hombres fueron aprehendidos bajo sospechas de planificar un asesinato.
Todo comenzó cuando un hombre, identificado más tarde como Ángel Espinoza, ingresó a la cárcel como visitante. Su propósito no era otro que ofrecer una suma de G. 200.000 a una interna para que ejecutara a otra reclusa, Rosaline Machado.
La intriga toma un giro aún más oscuro al revelarse que el objetivo del complot era la expareja de Espinoza.
Sin embargo, la reclusa a quien se le hizo la oferta, cuyo nombre se mantiene en reserva, alertó a las autoridades del penal sobre este siniestro plan. Este acto permitió a la Policía Nacional, bajo la dirección del comisario José Santacruz, actuar con rapidez y eficacia.
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Espinoza, al ser interrogado, reveló que había sido contratado para llevar a cabo el “mandado” por otro hombre, que se encontraba en las inmediaciones de la plaza cercana.
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Los agentes no tardaron en localizar y detener a este segundo implicado, identificado como Miguel Sosa, quien resultó ser la expareja de Machado.
La Policía presume que el móvil detrás del intento de asesinato fue el rechazo de Machado a seguir recibiendo a Sosa en el penal. Ambos hombres, con antecedentes por delitos como hurto agravado y resistencia, ahora están a disposición del Ministerio Público.
Fuentes: Última Hora/ El Nacional.
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