En los calurosos meses de verano, una pregunta recurrente surge entre la gente: ¿Es más soportable el calor seco o el húmedo? Aunque muchos recurren a preferencias personales para responder, la ciencia tiene una conclusión clara: el calor húmedo es más insoportable, y la razón está directamente relacionada con la forma en que nuestro cuerpo suda y se enfría.
La doctora Natalia Jiménez, especialista en Dermatología, explica que la combinación de altas temperaturas (por encima de 27 °C) con una humedad relativa alta (superior al 45%) afecta nuestra percepción del calor. En un ambiente húmedo, la evaporación del sudor se reduce, disminuyendo la eficacia del cuerpo para “robar” calor y hacer que sintamos una temperatura mayor a la real.
Esta situación es especialmente complicada para ciertos grupos de personas. Por ejemplo, individuos con sobrepeso tienden a sudar más debido al esfuerzo físico adicional en sus actividades cotidianas. Aquellos con patologías cardiacas también se encuentran en riesgo, ya que la combinación de sudoración excesiva y deshidratación puede provocar una caída en la presión sanguínea, resultando en mareos o incluso caídas.
Unite a nuestro canal de WhatsApp
Incluso el aire acondicionado puede tener efectos contraproducentes. Según Laure Rittié, especialista en Dermatología e investigadora en la Universidad de Michigan, una exposición continua al aire acondicionado durante la infancia puede impedir una adecuada aclimatación a temperaturas más cálidas, resultando en una mayor sudoración al enfrentar el calor exterior.
Lea más: Ola de calor: cuidados clave para mantenerse hidratado y prevenir enfermedades
¿Cómo reacciona nuestro cuerpo al calor? Nuestro organismo utiliza principalmente dos métodos para combatir el aumento de la temperatura: la radiación y la evaporación del sudor. La radiación transfiere el calor de áreas más cálidas (nuestro cuerpo) a áreas más frescas (el aire), un proceso que se vuelve ineficiente cuando la temperatura exterior alcanza o supera la corporal. Paralelamente, el sudor evapora y reduce la temperatura corporal, aunque este mecanismo también enfrenta limitaciones en ambientes húmedos.
El estrés que estas condiciones imponen en nuestro sistema cardiovascular no es menor. El corazón debe bombear más sangre, y como resultado, late más rápido. A esto se suma la carga adicional cuando la temperatura y la humedad impiden que el sudor se evapore eficientemente.
Fuente: El Nacional.
Esta web usa cookies.