Cuatro viviendas en el barrio San Rafael de Lambaré, ubicado en el borde del arroyo Leandro Sosa, sufrieron un derrumbe devastador durante la tarde del domingo. Este trágico incidente ha dejado a las familias afectadas en una situación desgarradora, perdiendo sus pertenencias y viviendas por completo. Lo que es aún más alarmante es que los vecinos aseguran haber solicitado la intervención de la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay S.A. (Essap) durante tres meses debido a problemas de cañerías, pero nunca recibieron una respuesta adecuada.
El domingo 14 de enero será recordado por las familias del barrio San Rafael de Lambaré como el día en que lo perdieron todo. Cuatro casas que se encontraban en las orillas del arroyo Leandro Sosa colapsaron repentinamente. Muebles, electrodomésticos y recuerdos se perdieron en cuestión de segundos.
Los vecinos, en un acto de solidaridad, están trabajando arduamente para recuperar algunos objetos de valor de entre los escombros y el agua. La magnitud de la devastación es inmensa.
La tragedia pudo haberse evitado, según afirman los residentes. Durante tres meses, habían estado presentando repetidas quejas y solicitudes de intervención a la Essap debido a problemas en las cañerías. Sin embargo, estas solicitudes cayeron en oídos sordos, y la falta de respuesta y acción por parte de la empresa dejó a la comunidad en una situación vulnerable.
María Elena Castillo, una de las afectadas, expresó su frustración ante la falta de atención de la Essap. “Hace tres meses que hacemos reclamos y ahora tenemos una pérdida grande”, lamentó. Según su testimonio, las cañerías de la institución estaban perdiendo por debajo de las casas, y la situación empeoraba con el tiempo. A pesar de los numerosos reclamos presentados en la Municipalidad, la Gobernación y el Ministerio de Obras Públicas, no se tomó ninguna medida efectiva para abordar el problema.
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Los vecinos también señalan que el problema se amplificó debido a la falta de un muro contenedor en el lado afectado del arroyo Leandro Sosa. Además, destacan que personas desde el otro lado del arroyo arrojaban escombros, lo que contribuyó a desviar el cauce natural del arroyo y aumentar la erosión.
A pesar de las promesas de algunos concejales municipales de traer un tractor para desviar el cauce del arroyo y eliminar los escombros, la tragedia ocurrió antes de que se pudieran tomar medidas. Los residentes instan a la acción inmediata para prevenir futuras catástrofes y para brindar apoyo a las familias afectadas en estos momentos de crisis.
La Essap no ha emitido comentarios públicos sobre la situación hasta el momento.
Fuente: ABC Color.
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