Un grupo de ciudadanos, movidos por un sentimiento de insatisfacción y desilusión, se presentó en la sede de la Asociación Nacional Republicana (ANR), buscando desvincularse del partido.
Sin embargo, encontraron las puertas cerradas, un simbolismo que muchos interpretaron como una metáfora de la falta de apertura y diálogo por parte del partido.
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La vocera de este movimiento, Liz Maqueda, expresó con claridad la razón de esta decisión colectiva: el Partido Colorado ya no representa los intereses ni las voces de estos ciudadanos. Este descontento no es un fenómeno nuevo; lleva tiempo gestándose.
La falta de escucha y espacio para el diálogo llevó a estos compatriotas a cuestionar la validez de su afiliación a un partido que, en sus palabras, dejó de ser representativo de sus derechos y aspiraciones.
Esta situación refleja un malestar generalizado en la sociedad paraguaya, donde el sentimiento de desconexión entre los ciudadanos y sus representantes políticos está en aumento.
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La campaña de desafiliación masiva de la ANR no es más que la punta del iceberg de una problemática más profunda: la crisis de representatividad y la demanda de un cambio político significativo.
El punto de inflexión, según Maqueda, fue la aprobación de la Ley de Superintendencia de Jubilaciones y la reacción desmedida de la fuerza pública durante las manifestaciones, donde se utilizó gas lacrimógeno contra los manifestantes, incluyendo adultos mayores.
Fuente: ABC.
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