En la Asociación Nacional Republicana (ANR), se intensifican las críticas contra las prácticas de nepotismo y el abuso en la asignación de cargos de confianza, un problema que ha generado considerable malestar entre los dirigentes del partido.
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El vicepresidente de la ANR, Juan Carlos “Calé” Galaverna, ha sido el foco de estas críticas. Intentó justificar el nombramiento y los contratos de familiares en el Congreso, provocando la ira de muchos correligionarios. Su defensa de estas prácticas ha generado divisiones dentro del partido.
Norma Brizuela, presidenta del Consejo Nacional de Convencionales de la ANR, expresó su repudio al abuso en la contratación de cargos de confianza, señalando que si bien la empatía con aquellos que trabajaron en la campaña es válida, el abuso en estas prácticas es condenable.
Las declaraciones de Galaverna han sido especialmente controvertidas, ya que el gobierno actual apenas reconoce a la dirigencia de base y parece reservar los puestos en ministerios y organismos públicos para familiares de diputados y senadores.
Este escándalo de nepotismo coincide con los recientes despidos en la ex Aduana y el Instituto de Previsión Social (IPS), que han sido percibidos como una persecución a los correligionarios. Estas acciones contradicen los planes del gobierno de promulgar una ley de función pública y su intención de reducir el tamaño del Estado.
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Juan Carlos Mieres, dirigente y exconvencional de la ANR, ha señalado que estas prácticas son dañinas para el partido. Según Mieres, continuar con este tipo de gestión solo beneficiando a familiares, podría llevar a la caída del partido, incluso con los mejores candidatos.
Fuente: LPO
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