Científicos de la Universidad de Maryland y los Institutos Nacionales de Salud han hecho un avance significativo al descifrar el enigma del color amarillo de la orina. Su investigación, publicada en la revista Nature Microbiology el 3 de enero de 2024, revela que una enzima llamada bilirrubina reductasa es la responsable de este fenómeno que ha desconcertado a la humanidad durante siglos.
El profesor Brantley Hall, autor principal del estudio y profesor adjunto del Departamento de Biología Celular y Genética Molecular de la Universidad de Maryland, describió el hallazgo como “el desentrañamiento del misterio del color amarillo de la orina”. Es un fenómeno biológico común que, sorprendentemente, había carecido de explicación durante mucho tiempo.
El proceso comienza cuando los glóbulos rojos de la sangre, después de aproximadamente seis meses de vida, se descomponen y producen bilirrubina, un pigmento de color naranja brillante. Por lo general, esta bilirrubina se segrega en el intestino para su eliminación, pero en ocasiones se reabsorbe parcialmente. El exceso de reabsorción de bilirrubina puede dar lugar a una acumulación en la sangre, causando ictericia, una condición caracterizada por el amarillamiento de la piel y los ojos.
El equipo de investigación descubrió que los microbios intestinales codifican la enzima bilirrubina reductasa, que convierte la bilirrubina en un compuesto incoloro llamado urobilinógeno. Posteriormente, el urobilinógeno se degrada espontáneamente en urobilina, el pigmento responsable del color amarillo de la orina que todos conocemos.
Este descubrimiento responde a una pregunta que ha intrigado a la comunidad científica durante más de un siglo y podría tener implicaciones significativas para la salud. La bilirrubina reductasa se encuentra en la mayoría de los adultos sanos, pero suele estar ausente en recién nacidos y personas con enfermedad inflamatoria intestinal. Esto sugiere que su ausencia podría contribuir a la ictericia infantil y a la formación de cálculos biliares pigmentados.
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Xiaofang Jiang, coautor del estudio e investigador de los NIH, enfatizó que este descubrimiento allana el camino para investigar cómo las bacterias intestinales influyen en los niveles de bilirrubina y en condiciones como la ictericia. Además, destaca la importancia del microbioma intestinal en la salud humana, ya que se ha relacionado con diversas enfermedades, desde alergias hasta artritis y psoriasis.
El profesor Hall concluyó que este logro es el resultado de años de trabajo multidisciplinario y resalta la importancia del microbioma intestinal en la salud humana. Este descubrimiento no solo aclara un enigma científico, sino que también abre nuevas puertas para comprender el impacto del microbioma intestinal en enfermedades y condiciones de salud.
Fuente: La brújula verde.
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