Este martes una fuerte detonación sacudió el suburbio de Dahieh en Beirut, impactando las oficinas de la organización Hamás. El ataque dejó un saldo de seis fallecidos, entre ellos Saleh Al-Arouri, uno de los máximos líderes del grupo palestino y fundador de su brazo armado, las Brigadas Ezzeldin Al-Qassam.
Según reportes, el bombardeo habría sido perpetrado con drones, si bien Israel no ha reivindicado la autoría ni emitido confirmaciones o comentarios al respecto. No obstante, tanto Hamás como el gobierno libanés señalaron al régimen israelí como presunto culpable.
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Al-Arouri, de 60 años, estuvo encarcelado 15 años en Israel antes de exiliarse en Líbano. Era considerado el “número dos” del liderazgo de Hamás junto a Ismail Haniyeh y uno de los principales planificadores de los ataques contra Israel en Cisjordania.
El primer ministro Najib Mikati condenó el crimen calificándolo de “nuevo ataque israelí” con la intención de “arrastrar a Líbano a una nueva fase de confrontaciones”. Asimismo, advirtió sobre la exportación al sur libanés de “los fracasos [israelíes] en Gaza”.
Por su parte, medios israelíes reportaron que su país ha iniciado preparativos ante una eventual respuesta de Hezbolá, incluyendo posibles lanzamientos de cohetes. Mientras tanto, a parlamentarios se les indicó abstenerse de hacer comentarios sobre el caso sin autorización previa.
El ministro de Finanzas Bezalel Smotrich publicó en redes sociales la frase “todos tus enemigos perecerán, Israel”, en lo que se interpreta como validación indirecta de la participación israelí en el ataque con drones en Líbano.
Fuente: RT
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