En una medida que busca modernizar los sistemas de cobro, el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) ha implementado el pago electrónico en cuatro estaciones de peaje. A pesar de la aparente conveniencia de este sistema, ha surgido una preocupación importante entre los usuarios: el costo adicional del servicio financiero asociado a este método de pago, el cual recae sobre los conductores.
Desde el 20 de diciembre, conductores que transitan por las estaciones de peaje de Luque-San Bernardino, Emboscada, Remanso e Itá, que manejan un flujo anual de más de 12 millones de vehículos, tienen la opción de pagar electrónicamente. Sin embargo, esta comodidad viene con un precio. Según el MOPC, se ha establecido una comisión del 1% sobre el monto del peaje, considerada “muy por debajo de los costos normales para operaciones comerciales”.
Aunque esta comisión pueda parecer mínima, ha generado un ligero aumento en las tarifas para los usuarios. Por ejemplo, el costo para un vehículo de categoría 1 pasa de G. 5.000 a G. 5.055 con el pago electrónico, lo que plantea preguntas sobre la justificación de este incremento. Para vehículos de categorías superiores, el incremento es aún más notorio, yendo hasta G. 20.220 para los de categoría 5.
Esta situación ha generado un debate entre los usuarios de las carreteras. Por un lado, el pago electrónico ofrece mayor comodidad y agilidad en las estaciones de peaje, un avance tecnológico bienvenido en el contexto actual. Por otro lado, el hecho de que los conductores deban asumir el costo adicional del servicio financiero ha causado descontento, especialmente entre aquellos que utilizan estas rutas de manera regular.
El MOPC ha defendido la medida, alegando que la comisión cobrada es inferior a la que normalmente se aplicaría en operaciones comerciales similares. Sin embargo, los usuarios se preguntan si es justo que deban asumir estos costos adicionales, especialmente en un servicio que es esencial para su movilidad diaria.
Fuente: Última Hora.







