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Irregularidades ambientales en exestancia en Caazapá

Una comitiva fiscal descubrió delitos ambientales en la exestancia Golondrina de Abaí, Caazapá, con la notoria ausencia de fiscalizadores del Mades.

Desmonte en exestancia. Foto: ABC.

En Abaí, Caazapá, se desató una controversia ambiental en torno a la exestancia Golondrina, actualmente en manos de la Sociedad Civil Sommerfeld Komitee. Un allanamiento reciente, llevado a cabo por una comitiva fiscal, reveló una serie de irregularidades ambientales, pero con la llamativa ausencia de los fiscalizadores del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades), debido a un supuesto desperfecto mecánico.

El operativo, realizado el martes, llamó la atención por la no participación de los fiscalizadores del Mades, quienes no pudieron llegar al lugar. Esta ausencia generó especulaciones sobre un posible aval del ente a las irregularidades detectadas y el respaldo de políticos influyentes a la destrucción de la reserva boscosa de la exestancia.

La fiscala Mirtha Arévalos, de la unidad ambiental de Caazapá, pudo verificar diversas irregularidades en el lugar. Entre ellas se incluyen la canalización de una extensa área de zona baja en humedales, utilizada anteriormente para ganadería. La intención detrás de estas canalizaciones, de aproximadamente 30 kilómetros, sería secar los humedales para convertirlos en áreas de cultivo agrícola.

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Además, la comitiva fiscal constató la tala de árboles nativos, desmonte, cambio de uso de la tierra y quema de rastrojos. Estas acciones violan diversas leyes ambientales, incluyendo la Ley N° 6.256, que prohíbe la transformación y conversión de superficies con cobertura de bosques en la Región Oriental.

El allanamiento se realizó a raíz de denuncias públicas de los habitantes de la colonia Santa Teresa. Según ellos, los propietarios de la tierra, que abarca unas 24.000 hectáreas, de las cuales 13.500 hectáreas forman parte de la Reserva Natural Ypetî, están cometiendo abusos contra los recursos naturales.

Dentro de la exestancia Golondrina, hay una parcela de 2.015 hectáreas donde residen las comunidades indígenas Takuarusu y Ka’atymi. Estas comunidades están sufriendo hostigamientos por parte de los nuevos propietarios.

A pesar de los intentos de comunicación con el ministro del Mades, Rolando de Barros Barreto, no se obtuvo respuesta a las consultas sobre la situación en la exestancia Golondrina.

Fuente: ABC.