La reciente aprobación del proyecto de ley de superintendencia de jubilaciones por la Cámara de Diputados ha encendido la chispa de indignación en diversos sectores de la sociedad paraguaya, desembocando en anuncios de paralizaciones significativas y llamados a una rebelión ciudadana.
Silvio Piris, representante de los gremios educativos, anunció no solo la paralización de las actividades académicas sino que también advirtió sobre la posibilidad de un año escolar 2024 sin inicio de clases. Esta medida surge como respuesta directa a un potencial incremento de la edad jubilatoria de 60 a 65 años, una modificación que Piris y sus colegas consideran inadmisible.
La postura de Piris, quien se declara afiliado al Partido Colorado pero crítico de las decisiones impulsadas por figuras como Horacio Cartes, refleja un descontento creciente en el sector educativo. “No aceptaremos órdenes de un mafioso”, enfatizó, marcando una clara oposición a la dirección actual de las políticas gubernamentales.
Por otro lado, Eduardo Ojeda, representante de la Corriente Sindical Clasista, manifestó un fuerte repudio al proyecto de ley, instando a la ciudadanía a una movilización masiva en las calles. “Este acto demuestra cómo la política mafiosa ha secuestrado al pueblo paraguayo”, declaró Ojeda, convocando a una rebelión contra lo que considera un secuestro del Estado.
Esta ola de protestas no solo se limita a los círculos sindicales y educativos, sino que se ha extendido a diversos sectores de la sociedad, uniendo a ciudadanos en un frente común contra la ley de superintendencia de jubilaciones. Se percibe un ambiente de descontento generalizado, con la presidencia de Santiago Peña en el centro de las críticas.
“Seremos la pesadilla de Santi Peña hasta revertir este decreto”, declaró Ojeda, simbolizando el sentir general de los manifestantes.
Fuente: ABC Color.
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