¡Solo para valientes! La hamburguesa caacupeña, el sabor de la fe

En Caacupé, centro de devoción mariana, la fe se vive intensamente, pero también se saborea. Durante las festividades en honor a la Virgen de Caacupé, los peregrinos encuentran en la “hamburguesa caacupeña” un manjar que desafía al estómago más resistente.

Cada año, miles de fieles llegan a la Villa Serrana, y entre rezos y cánticos, hacen una parada obligatoria en los puestos de comida. Allí, junto a las infaltables chipas, se encuentra la estrella del menú: la hamburguesa caacupeña, también conocida como chipa con butifarra.

Este plato, que combina la suavidad del pancito de chipa con el sabor intenso de la butifarra, es un verdadero emblema de la gastronomía local. Al precio de G. 5.000, la hamburguesa caacupeña se convierte en el aliado perfecto para aquellos que buscan mantenerse en pie durante la larga noche de vigilia, esperando la misa central de la mañana del 8 de diciembre.

“Parece simple, pero tiene su truco”, contó doña Ramona, una de las vendedoras que cada año se instala en la plaza frente a la Basílica. “La chipa tiene que estar fresquita y la butifarra bien hervida. Si no, no es lo mismo”, aseguró mientras atendía a una fila de clientes ansiosos.

Aunque la chipa y la butifarra también pueden adquirirse por separado a G. 3.000 y G. 2.000 respectivamente, la mayoría de los peregrinos optan por la combinación. “Una vez que probás la hamburguesa caacupeña, ya no querés otra cosa”, confesó un devoto.

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Sin embargo, no todos los estómagos están preparados para este manjar. Por eso, muchos prefieren la clásica chipa con cocido, una bebida caliente a base de yerba mate y azúcar, que les ayuda a mantenerse despiertos y vigorosos.

En definitiva, la hamburguesa caacupeña es más que un plato: es una tradición, un rito, una forma de vivir la fe. Y aunque no todos se atrevan a probarla, nadie puede negar que es parte del alma de Caacupé.

Fuente: ABC.

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