Michal Hertlík, un eslovaco de 30 años con un espíritu aventurero y una pasión por Latinoamérica, ha encontrado en Paraguay un tesoro cultural y natural que ha decidido llevar a cada rincón del mundo.
Este polifacético viajero, que combina sus habilidades como fotógrafo, documentalista y profesor de idiomas, ha quedado cautivado por los festivales de ñandutí en Itauguá y ao po’i en Yataity, destacando la riqueza y singularidad de estas tradiciones paraguayas.
Unite a nuestro canal de WhatsApp
Hertlík, oriundo de Handlová, Eslovaquia, ha recorrido numerosos países latinoamericanos, pero admite que Paraguay le ha robado el corazón. “Paraguay posee una belleza singular, llena de saltos, cerros, y una flora y fauna impresionante”, comenta con entusiasmo. Su viaje de dos meses por el país ha sido una revelación, viviendo “nuevas aventuras inolvidables” y encontrando en cada esquina “gente amable y acogedora”.
Sin embargo, no todo ha sido perfecto en su estancia. Hertlík menciona el clima inestable de Paraguay como un aspecto sorprendente y la sopa paraguaya, un platillo típico del país, no terminó por convencerlo. “Me sorprendió la variabilidad del clima, y aunque respeto la gastronomía local, la sopa paraguaya no fue de mi total agrado”, confiesa con honestidad.
A pesar de estos pequeños desencantos, Hertlík ve similitudes entre Paraguay y su natal Eslovaquia, especialmente en la artesanía y la naturaleza. “Al recorrer Itapúa, sentí que caminaba por Eslovaquia. Hay un lazo cultural y natural que une a ambos países”, señala.
El viajero eslovaco no solo se lleva recuerdos, sino también un compromiso: promocionar Paraguay en Eslovaquia y en otros lugares. “Quiero que más personas descubran la magia de Paraguay, un país que merece ser reconocido y visitado”, afirma con determinación.
Además, planea regresar, esta vez acompañado de compatriotas, para que ellos también puedan experimentar la hospitalidad y la riqueza cultural paraguaya.
Su historia es un recordatorio de que, a pesar de las distancias y diferencias, siempre hay algo que nos une. La conexión entre Paraguay y Eslovaquia, aunque parezca remota, se fortalece a través de personas como Michal Hertlík, que con su curiosidad y apertura, descubre y comparte las maravillas de nuestro país.
Fuente: Última Hora
Esta web usa cookies.