Revelan vínculo alarmante entre comida chatarra y depresión

Los alimentos ultraprocesados están teniendo un impacto negativo en la salud mental de las personas, según un estudio global realizado por Sapien Labs. El estudio, titulado “Consumo de Alimentos Ultraprocesados y Efectos en el Bienestar Mental”, revela una preocupante relación entre estos alimentos y la depresión, especialmente entre los jóvenes.

Los alimentos ultraprocesados, conocidos por ser altos en grasas saturadas, azúcares y aditivos, están presentes en la vida cotidiana de muchas personas, pero su impacto en la salud mental es motivo de creciente preocupación. El estudio se basó en datos de 292.786 encuestados de 70 países y evaluó su bienestar mental mediante el Índice de Salud Mental (MHQ).

Los resultados son alarmantes: Un mayor consumo de alimentos ultraprocesados se relaciona con una disminución en la capacidad para controlar los pensamientos y emociones, así como una disminución general en el bienestar mental. Esto plantea serias cuestiones sobre la calidad de nuestra alimentación y su impacto en nuestra salud mental.

El estudio encontró que el impacto en la salud mental es generalizado, afectando a personas de todas las edades. Sorprendentemente, los jóvenes de 18 a 24 años son los mayores consumidores de estos productos y también experimentan los efectos más significativos en su salud mental. Aunque el aumento en el consumo de alimentos ultraprocesados se observa más en los jóvenes, es importante destacar que todas las edades se ven afectadas.

El estudio también encontró que hacer ejercicio no contrarresta completamente los efectos negativos de los alimentos ultraprocesados en la salud mental. Aunque es sabido que la actividad física tiene beneficios para la salud mental, no parece ser suficiente para contrarrestar los efectos perjudiciales de estos alimentos. Incluso las personas que realizaban actividad física regular experimentaron una disminución significativa en su bienestar mental cuando consumían alimentos ultraprocesados con regularidad.

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El consumo de alimentos ultraprocesados afecta todas las dimensiones de la salud mental. Estos alimentos disminuyen la adaptabilidad y resiliencia, afectan la autoimagen social, el estado de ánimo, la perspectiva, el impulso y la motivación, la cognición y la conexión mente-cuerpo. En resumen, impactan negativamente en la dimensión emocional de las personas.

Entre las sensaciones y emociones evaluadas por el MHQ, aquellas relacionadas con la depresión y el control emocional recibieron calificaciones más bajas en aquellos que consumían alimentos ultraprocesados. Problemas como la regulación del apetito, sentimientos de tristeza, angustia o desesperanza, la autoimagen y otros síntomas asociados con la depresión se vieron afectados. También se observaron problemas en la regulación y control de emociones y pensamientos, como la ira, la irritabilidad, el control emocional y el control de pensamientos no deseados.

En el ámbito global, Paraguay se ubica en el décimo lugar en el consumo de alimentos ultraprocesados entre los 26 países encuestados. Sorprendentemente, es el país latinoamericano con el mayor consumo de estos alimentos, superando a México, Brasil y Argentina.

El estudio recopiló datos de 386 encuestados en Paraguay y encontró una fuerte correlación entre el aumento en el consumo de alimentos ultraprocesados y un mayor porcentaje de personas con problemas de salud mental. El bienestar mental, medido por la puntuación promedio del MHQ, es significativamente mejor entre aquellos que consumen menos alimentos ultraprocesados.

Este estudio destaca la necesidad de una mayor conciencia sobre los efectos de nuestra dieta en la salud mental y plantea preguntas sobre la regulación de la industria alimentaria y la promoción de hábitos alimenticios más saludables para todos los paraguayos. La relación entre la comida y la salud mental es innegable, y es hora de tomar medidas para abordar este problema creciente en nuestra sociedad.

Fuente: Sapien Lab.

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