En un evento que desafía las convenciones habituales del Vaticano, el presidente paraguayo Santiago Peña fue recibido por el Papa Francisco en la Casa de Santa Marta, y no en el Palacio Pontificio como es usual en las visitas de jefes de Estado.
Este cambio en la sede del encuentro se debe a un problema de salud que aqueja al Santo Padre, específicamente una inflamación pulmonar de la que está recuperándose satisfactoriamente.
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La reunión entre el Papa Francisco y el presidente Peña, junto con la primera dama Leticia Ocampos, tuvo una duración de aproximadamente 25 minutos. Es sumamente inusual que el Papa reciba visitas oficiales en la Casa de Santa Marta, lo que añade un carácter especial y personal a este encuentro.
Durante la audiencia, el presidente Peña obsequió al Papa Francisco diversos regalos con profundo simbolismo cultural y religioso: un pesebre elaborado por artesanos indígenas, un poncho paraguayo, una canasta de comidas típicas del país, una talla en madera de la Virgen María y un rosario de plata.
Por su parte, el Papa obsequió al mandatario una pieza de bronce que representa dos manos unidas, una mujer con un niño y un barco de migrantes, bajo la inscripción: “Llenemos las manos de otras manos”.
Tras la audiencia con el Papa, la agenda del presidente Peña continuó con varias reuniones clave. Se tenía previsto un encuentro con el cardenal Pietro Parolin y el secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, monseñor Paul Richard Gallagher.
Posteriormente, el presidente almorzaría en Roma con el empresario italiano Luca Cordero di Montezemolo y concluiría su jornada con una reunión con John T. Dunlap, gran maestre de la Orden de Rodas y de Malta.
Fuente: ABC Color
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