La frecuencia del lavado del cabello ha sido un tema de debate por años, rodeado de mitos y concepciones erróneas. El Dr. Anthony Rossi, dermatólogo adjunto del Centro Oncológico Memorial Sloan Kettering de Nueva York y miembro de la Academia Estadounidense de Dermatología, ofrece una perspectiva esclarecedora que desafía la creencia generalizada de la necesidad de lavarse el cabello diariamente.
El Dr. Rossi enfatiza que la frecuencia de lavado del cabello depende de factores individuales como el tipo y estilo del cabello, la cantidad de grasa producida por el cuero cabelludo y los niveles de actividad física. Contrario a la creencia popular, lavar el cabello con excesiva frecuencia puede provocar resequedad y apagar su brillo natural. Por otro lado, no lavarlo lo suficiente puede resultar en acumulación de grasa, mal olor y escamas.
En términos generales, el dermatólogo sugiere lavar el pelo una o dos veces por semana. Sin embargo, esta recomendación varía dependiendo de las características individuales. Por ejemplo, las personas con tratamientos químicos como decoloración o alisado pueden necesitar espaciar más sus lavados para evitar daños. En contraste, aquellas con cuero cabelludo graso podrían requerir lavados diarios.
Rossi también señala que durante la pubertad, debido a un aumento en las hormonas, las glándulas sebáceas pueden crecer, lo que podría justificar lavados más frecuentes en adolescentes. A medida que envejecemos, la producción de grasa disminuye, lo que podría reducir la necesidad de lavado frecuente. El cabello rizado o quebradizo, en particular, puede ser más propenso a resecarse y no necesita lavarse diariamente.
Entre lavados, es importante mantener la higiene del cuero cabelludo y el cabello. Rossi recomienda masajear el cuero cabelludo para aflojar residuos y utilizar productos como acondicionadores sin enjuague o aceites para el cuero cabelludo. Para quienes hacen ejercicio regularmente, no es necesario usar champú cada vez, a menos que haya un crecimiento excesivo de bacterias o mal olor. En cuanto a los champús en seco, aunque son seguros, no deben usarse como reemplazo frecuente del lavado tradicional.
En casos de natación, el cloro puede resecar el cabello, por lo que se recomienda mojarlo y acondicionarlo antes de sumergirse, usar un gorro de baño y, posteriormente, lavarlo con productos específicos para nadadores.
Finalmente, si se presentan problemas constantes con el cuero cabelludo o el cabello, como caspa, caída del cabello o fragilidad, es aconsejable acudir a un dermatólogo certificado.
Fuente: CNN