Policiales

Contrabando de vapeadores es el nuevo frente del terrorismo en la Triple Frontera

El contrabando de vapeadores en la Triple Frontera financia el terrorismo. La policía brasileña identifica a un ciudadano sirio como cabecilla.

En locales de Asunción, la venta de vapeadores con 5% de nicotina es normal. Gentileza

Una reciente operación policial en Brasil ha arrojado luz sobre una sorprendente y peligrosa realidad: el contrabando de cigarrillos electrónicos, o vapeadores, desde Paraguay, está sirviendo como un nuevo mecanismo de financiamiento para actividades terroristas.

La operación, denominada “Trapiche”, reveló la implicación de un ciudadano sirio, Mohamad Khir Abdulmajid, como líder de esta red criminal.

La detención de Abdulmajid, junto con otros implicados en Brasil, marca un punto de inflexión en la lucha contra el crimen organizado en la región de la Triple Frontera, un área notoria por ser un caldo de cultivo para diversas actividades ilícitas.

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Según informes de medios brasileños y argentinos, Abdulmajid estaría vinculado con el grupo extremista Hezbolá y se le acusa de reclutar soldados para la organización.

Abdulmajid, que llegó a Brasil en 2008 desde Paraguay, estableció su base de operaciones en la Triple Frontera, una zona conocida por su laxa regulación y control.

Su negocio de electrónica en Brasilia, aparentemente inocuo, servía como fachada para sus actividades ilícitas. A través de sus redes sociales, mostraba una vida aparentemente normal, con fotografías que lo vinculan con Paraguay.

El modus operandi de este grupo incluía el contrabando de grandes cantidades de vapeadores desde Paraguay a Brasil. Según la Dirección Nacional de Aduanas de Paraguay, solo en 2021, el país registró la importación de más de 8 millones de unidades de cigarrillos electrónicos.

Este flujo masivo de productos, carente de cualquier sistema de trazabilidad que garantice su calidad, proporcionó el medio perfecto para camuflar las actividades delictivas de Abdulmajid y su grupo.

El caso resalta no solo el ingenio criminal para encontrar nuevas vías de financiamiento, sino también la vulnerabilidad de las fronteras en la región y la falta de control efectivo sobre las mercancías que cruzan.

Los vapeadores, a menudo percibidos como productos inofensivos, se convierten así en herramientas para actividades mucho más siniestras.

La implicación de Abdulmajid en el reclutamiento para Hezbolá añade una dimensión aún más preocupante a este escenario. La posibilidad de que grupos terroristas utilicen la región como plataforma para expandir su influencia y financiar sus actividades es un llamado de atención para las autoridades locales e internacionales.

Este caso también pone de manifiesto la importancia de una cooperación transfronteriza más robusta y eficaz en la lucha contra el crimen organizado.

Mientras las autoridades paraguayas admiten no tener conocimiento de estas operaciones, queda claro que el desafío de controlar y supervisar una región tan compleja requiere de un esfuerzo conjunto y coordinado.

Fuente: ABC Color