Política

La diplomacia prevalece: Nakayama y Bachi dejan atrás la pelea y evitan sanciones

Tras una pelea pública, los senadores Nakayama y Núñez se disculpan, pero el foco se mantiene en la herida a la institucionalidad del país.

Basilio "Bachi" Núñez, líder de la bancada colorada cartista, empuja a Eduardo Nakayama (PLRA) en la sesión donde tomaron juramento a Alicia Pucheta para representar al Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura, lo que fue calificado como violación de la Constitución Nacional. Foto: Virgilio Vera, ABC Color

La arena política paraguaya ha sido testigo de una confrontación directa entre dos de sus figuras más reconocibles: el senador liberal Eduardo Nakayama y su colega del ANR, Basilio Núñez, conocido como ‘Bachi’.

Sin embargo, aunque la pelea captó la atención de todos, ambos políticos han decidido no pedir sanciones y, en cambio, recalcar la importancia de la institucionalidad en el país.

Las disculpas llegaron después de la trifulca. “Bachi me pidió disculpas y yo también hice lo propio”, mencionó Nakayama. Pero las excusas mutuas no ocultan el hecho de que este incidente ha dejado al descubierto las tensiones subyacentes en el Congreso, especialmente en lo referente al juramento de Alicia Pucheta como representante del Poder Ejecutivo ante el Consejo de la Magistratura, que Nakayama define como una “grave herida” a la institucionalidad.

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Nakayama, de hecho, va más allá y critica a aquellos que, según él, han sido cómplices en esta violación a la Constitución Nacional. En particular, apunta a los “pseudoopositores” que, a su juicio, están sirviendo a los intereses de Honor Colorado, y no a los del pueblo paraguayo.

El senador liberal también ha expresado su decepción con la actitud del presidente del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), a quien acusa de no haber reaccionado como debía frente a lo ocurrido. “El presidente del PLRA es un cobarde; me respondió con el silencio”, asevera Nakayama.

Este incidente ha dejado claro que, más allá de las peleas y las disculpas, lo que está en juego aquí es algo mucho más importante: la salud de la democracia paraguaya y el respeto a su marco institucional.

Como señala Nakayama, “la institucionalidad de la República y la Constitución sufrieron una herida”. Ahora, la pregunta es cómo se curará esa herida y qué medidas se tomarán para evitar que se repita en el futuro.

Fuente: ABC Color