La remolacha, una hortaliza de intenso color morado, adquirió gran relevancia en el ámbito de la nutrición gracias a sus múltiples beneficios para la salud. En particular, se destaca por su efecto positivo en la circulación sanguínea, sus propiedades antiinflamatorias y su alto contenido en antioxidantes.
Investigaciones recientes demostraron que la remolacha es rica en nitratos naturales. Estos compuestos se transforman en óxido nítrico en nuestro organismo, actuando como un potente vasodilatador que mejora el flujo sanguíneo. Este efecto se traduce en una circulación óptima y una disminución en problemas asociados a la mala circulación, como las varices y la inflamación.
En el contexto del verano, cuando las altas temperaturas suelen generar retención de líquidos e hinchazón, la remolacha se presenta como una excelente opción para incluir en nuestra dieta. Al facilitar una circulación adecuada de la sangre y reducir la hinchazón, esta hortaliza también ayuda a disminuir el riesgo de coágulos sanguíneos, que pueden desembocar en enfermedades graves como el derrame cerebral.
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Además de sus propiedades antiinflamatorias, la remolacha es rica en antioxidantes, que ayudan a prevenir numerosas enfermedades relacionadas con la salud cardiovascular y digestiva. Al mejorar el flujo sanguíneo y reducir la hinchazón, esta hortaliza también contribuye a aliviar la sensación de cansancio y pesadez, especialmente en las piernas, un problema común en personas que pasan mucho tiempo de pie o sentadas.
A pesar de sus múltiples beneficios, es importante recordar que, como cualquier alimento, la remolacha debe consumirse con moderación y dentro de una dieta equilibrada. Para aprovechar al máximo sus bondades, se puede disfrutar de esta hortaliza en forma de jugo o incorporarla en diferentes ensaladas, siempre bajo el asesoramiento de un profesional de la nutrición.
En resumen, la remolacha se convirtió en un aliado indispensable para combatir la hinchazón provocada por el calor del verano, contribuyendo a mantener una circulación sanguínea óptima y a mejorar nuestra salud en general.
Fuente: La Nación.
