El pastor José Insfrán, líder del Centro de Convenciones Avivamiento (CCA) y personaje central en el operativo A Ultranza, se entregó a la Justicia. Insfrán, quien llevaba tiempo siendo buscado, niega las acusaciones y señala a su hermano, Miguel Ángel Insfrán, alias “Tío Rico”, como responsable de los hechos que le imputan.
La entrega tuvo lugar en la sede de la Fiscalía. Nelson López, abogado de Insfrán, informó que recomendó a su cliente entregarse debido a la falta de documentación en el caso. Asimismo, aseguró que Insfrán nunca abandonó Paraguay.
“Todo es política”, es la defensa del denominado narcopastor. En declaraciones a ABC Color, Insfrán sostuvo que las acusaciones de narcotráfico son infundadas y forman parte de una campaña política en su contra. “Acá no hay droga, no se encontró doble fondo, es todo política. Yo no tengo riquezas, ¿de qué riquezas me hablan?”, cuestionó Insfrán.
#Reiteramos El presunto narcopastor, José Insfrán, se entregó a la Justicia en compañía de su abogado.
»Aún no tenemos la precisa de donde va ser llevado, la persona se presentó y ahora está aguardando ser llamado a declarar. El personal de esta oficina procedió cuando fue… pic.twitter.com/VYhuV8HMy0
— Telefuturo (@Telefuturo) November 16, 2023
Además, el líder religioso admitió conocer a Sebastián Marset y al exparlamentario Juan Carlos Osorio, ambos investigados dentro del marco del operativo A Ultranza. Según Insfrán, Marset fue invitado a un campamento de la iglesia y su hermano Miguel Ángel trabajó como abogado para él. Respecto a Osorio, lo describió como un miembro activo de la congregación, con quien realizó varios viajes a Colombia.
Insfrán, quien ha realizado numerosos viajes a Colombia, donde se encuentra el templo más grande de su congregación, niega haber traído dinero ilegalmente al país. En respuesta a las interrogantes sobre su paradero durante el tiempo que era buscado por las autoridades, Insfrán afirmó: “Siempre estuve trabajando en la obra de Dios, dijeron que entré por Argentina, fue una cortina de humo durante un juicio político; me inventaron todo”.
Tras su entrega, Insfrán fue esposado y se le colocó un chaleco antibalas, un procedimiento que, según su abogado, se realizó por protocolo. En relación a la acusación de lavado de dinero que pesa sobre Insfrán, su defensa argumenta que se trata de un delito que no reviste gravedad y que solo busca justificar una larga detención preventiva.
Fuente: ABC Color