Café en ayunas: Conocé los riesgos ocultos

Para muchos de nosotros, el día no comienza oficialmente hasta que tomamos ese primer sorbo de café. Su aroma nos despierta, su sabor nos conforta y su cafeína nos da la energía necesaria para enfrentar la jornada. Pero ¿qué pasa cuando este hábito mañanero se convierte en un ritual en ayunas? La respuesta podría sorprenderte.

Aunque el café es conocido por sus múltiples beneficios para la salud, investigaciones recientes sugieren que tomarlo en ayunas puede ser perjudicial para nuestro organismo. Según un estudio realizado por el Centro de Nutrición, Ejercicio y Metabolismo de la Universidad de Bath en el Reino Unido, esta práctica podría afectar nuestra tolerancia a la glucosa y sensibilidad a la insulina, lo que a largo plazo podría aumentar el riesgo de padecer prediabetes.

Estos efectos se deben a que la cafeína actúa sobre los receptores de adenosina, inhibiendo la captación de glucosa. Esto significa que, aunque nuestra taza matutina de café nos brinde un impulso de energía, también podría estar alterando la forma en que nuestro cuerpo procesa y utiliza el azúcar.

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Pero antes de que te deshagas de tu cafetera, hay algo que debés saber: no es necesario renunciar al café por completo. Lo que sugieren los expertos es que modifiquemos un poco nuestra rutina, comiendo algo antes de tomar café. De esta forma, podemos seguir disfrutando de sus beneficios, entre los que se incluyen la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares y la prevención de numerosas enfermedades gracias a su gran cantidad de polifenoles antioxidantes.

Además, es importante recordar que la moderación es clave. Según los estudios, una dosis moderada de cafeína para adultos sanos es de aproximadamente cuatro tazas de café al día. Exceder este límite podría causar efectos nocivos para la salud, como nerviosismo, insomnio o problemas digestivos.

En resumen, aunque comenzar el día con una taza de café puede parecer inofensivo, es importante ser conscientes de cómo y cuándo lo consumimos. Al hacerlo, podemos asegurarnos de aprovechar al máximo sus beneficios, mientras cuidamos de nuestra salud a largo plazo.

Fuente: La Nación.

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