En el corazón de Lambaré, un clamor de justicia retumba entre los pasillos del hospital local. Funcionarias del servicio de Nutrición, amparadas en el anonimato por temor a represalias, alzaron su voz contra lo que describen como una flagrante persecución laboral. La protagonista de esta controversia, Rossana Sanabria, jefa del servicio de Nutrición, se encuentra en el ojo de la tormenta tras acusaciones de hostigar y amedrentar a su equipo.
Carlos Bazzano, letrado de las afectadas, expuso un panorama sombrío: documentos falsificados y sanciones arbitrarias son solo la punta del iceberg de una situación que pinta un retrato de miedo y ansiedad entre los nutricionistas. Bazzano relató cómo sus representadas laboran bajo una constante tensión, alimentada por el presunto acoso de Sanabria.
La controversia escaló a tal punto que cuatro denuncias ya reposan en los escritorios de la Dirección General de Anticorrupción y Trasparencia del Ministerio de Salud Pública (MSPBS).
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Pero la trama se complica aún más cuando salen a la luz acusaciones sobre prácticas poco éticas relacionadas con la adquisición de insumos y el mantenimiento de equipamiento del hospital. Hablamos de un control asfixiante, donde hasta la compra de agua mineral se convierte en un acto regulado por el capricho de una sola persona, indicaron.
Las afectadas claman por su traslado y exigen que el Ministerio de Salud tome cartas en el asunto. Buscan liberarse de la sombra opresiva de un liderazgo que, según denuncian, las sumerge en un estado de indefensión y vulnerabilidad.
Desde el otro bando, la abogada Noelia Núñez, defensora de Sanabria, arguyó que los cambios instaurados por su cliente, lejos de ser un ejercicio de tiranía, eran intentos legítimos por optimizar el servicio. Según Núñez, su representada es, en realidad, la víctima de un levantamiento injustificado contra su esfuerzo por la excelencia.
Fuente: ABC.