En una época donde la búsqueda de la eterna juventud parece más tangible que nunca, Marcos Vázquez, aclamado divulgador de salud, presentó su obra: “Vive más”. Un manual que promete ser el atlas de la longevidad para aquellos que desean estirar su existencia, no solo en cantidad, sino en calidad.
“Rejuvenecer no es un mito; es una meta alcanzable”, aseguró Vázquez, quien con más de medio millón de seguidores en redes, se convirtió en el gurú de la vitalidad.
El ser humano, en su esencia más profunda, estuvo siempre fascinado por dilatar su paso por el mundo. La longevidad se erige ahora no como un sueño lejano, sino como una promesa al alcance de todos.
Vázquez desgranó la diferencia entre la edad que dicta nuestra cédula y la que realmente porta nuestro ser: la edad biológica. Un campo de batalla donde cada quien, con sus armas de hábitos y decisiones, lucha contra el inexorable paso del tiempo.
Es un hecho palpable, la ciencia lo confirma: nuestros hábitos de vida son los artífices de hasta una década adicional en nuestro reloj existencial. “Una persona de 70 años que se cuida puede ostentar la energía de alguien dos décadas más joven”, comentó Vázquez con entusiasmo. Y es que cuidarse no es un beneficio diferido al futuro, es un regalo que nos hacemos en el presente.
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No obstante, este optimismo no se ve empañado por la realidad de factores externos. La polución, el estrés de la vida moderna, y hasta los avatares que nos depara el destino juegan su papel en este complejo tablero. Pero, como apunta Vázquez, aunque no todo es controlable, mucho está en nuestras manos.
Y surge una pregunta ineludible: ¿influye el género en este periplo hacia la ancianidad? La respuesta es un eco de la estadística: las mujeres viven más. Las razones son variadas, desde genéticas hasta conductuales. Los hombres, por tradición y quizás por disposición hormonal, tienden a correr más riesgos, lo que se traduce en una esperanza de vida más acotada.
Pero, ¿cuáles son esas claves para domar al tiempo? El ejercicio físico se alza como el elixir de los modernos alquimistas, la dieta balanceada y el descanso, como los pilares sobre los que se asienta la catedral de la longevidad. La gestión del estrés y el nutrirse de compañías enriquecedoras, suman a este conjunto. No se puede olvidar la importancia de la mentalidad: el optimismo y la actitud positiva se erigen como muros ante el avance del envejecimiento.
Vázquez no evita el tema de la alimentación. Si bien desmiente la existencia de una única “dieta de la longevidad”, subrayó la importancia de alimentos frescos y mínimamente procesados, colocando a frutas y verduras en el altar de la nutrición consciente.
La receta de la longevidad, nos dice, se cocina en el día a día con ingredientes como la actividad física, una alimentación consciente, un sueño reparador y una mente serena y optimista.
Fuente: Hola!