La Ruta Nacional de la Artesanía es una oportunidad excepcional para conocer procesos de producción artesanal y generar un vínculo directo con los artesanos y sus creaciones. Foto: La Nación.
En el corazón de Paraguay, se ha desplegado un lienzo cultural que espera ser descubierto por propios y extraños: la Ruta de la Artesanía. Este proyecto, fruto de la colaboración entre el Instituto Paraguayo de Artesanía y la Secretaría Nacional de Turismo, busca no solo resaltar la belleza y el valor de nuestra artesanía, sino también dinamizar la economía local y fortalecer la transmisión de nuestra identidad cultural.
La iniciativa se centra en la creación de circuitos turísticos que invitan a un viaje sensorial por los talleres de artesanos, auténticos alquimistas de la materia prima, quienes transforman el barro, la madera y los textiles en verdaderas obras de arte.
Estos recorridos están diseñados para ofrecer una experiencia vivencial, donde no solo se observa sino que se participa, se siente y se comprende el latido artístico de nuestra nación.
Un ejemplo palpable de esta invitación al descubrimiento es el circuito piloto en Tobatí, donde se puede apreciar la maestría del tallado en madera de Néstor Portillo y la tradición milenaria de la cerámica a través de las manos de Ediltrudis Noguera. Estos talleres no son meros espacios de producción; son templos donde se venera la habilidad, la paciencia y el amor por el arte.
El programa no se limita a la exposición; se convierte en un diálogo entre el artesano y el visitante, un intercambio de saberes donde cada máscara de timbó, cada pieza de cerámica Ñai’u po, cuenta una historia, revela un secreto, perpetúa una tradición.
Es aquí donde la artesanía paraguaya cobra vida, no solo como un producto turístico, sino como un legado vivo que se entrelaza con la identidad de todo un país.
La Ruta de la Artesanía es una invitación abierta a redescubrir el alma de Paraguay, a sumergirse en sus colores, texturas y formas. Es una oportunidad para conectar con nuestras raíces, para apreciar el ingenio y la creatividad que florecen en cada rincón de nuestro territorio.
Desde Areguá, con su Noborigama y su cerámica porcelánica, hasta Yataity con su auténtico Aopo’i, cada parada en esta ruta es un testimonio de la riqueza cultural y artística de Paraguay. Los artesanos, con sus manos y su sabiduría, nos invitan a ser parte de este viaje, a ser testigos y protagonistas de una historia que se teje día a día.
Fuente: La Nación
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