En un capítulo más de una trama que parece sacada de una novela de misterio, los hermanos Andrés Felipe y Ramón Emilio Pérez Hoyos, figuras clave en el magnicidio del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, se abstuvieron de declarar ante los fiscales paraguayos que viajaron a Colombia en busca de respuestas. El silencio de los condenados ha caído como un manto de incertidumbre sobre un caso que mantiene en vilo al país.
La misión paraguaya, que partió con la esperanza de esclarecer los hilos oscuros detrás del asesinato de Pecci, encontró un muro de silencio en la cárcel de máxima seguridad de Cómbita.
Los fiscales Manuel Doldán y Francisco Cabrera, representantes de la justicia de Paraguay, se enfrentaron a la negativa de los Pérez Hoyos de aportar información que pudiera llevar a los autores intelectuales del crimen.
Los hermanos Pérez Hoyos, condenados a más de 25 años de prisión, han cerrado filas en torno al misterio que rodea el magnicidio. Su silencio no solo obstaculiza la investigación, sino que también alimenta las especulaciones sobre quiénes podrían ser los verdaderos mandantes detrás del asesinato de Pecci.
La delegación paraguaya, integrada por expertos en asuntos internacionales y delitos económicos y anticorrupción, se ha topado con un desafío inesperado.
El rechazo de los hermanos a colaborar pone en jaque las estrategias de los investigadores y plantea la necesidad de buscar nuevas rutas para llegar a la verdad.
La trágica muerte de Marcelo Pecci, acaecida en su luna de miel y en un contexto de anuncio de embarazo por parte de su esposa, ha conmocionado no solo a Paraguay, sino también a la comunidad internacional.
El caso, que traspasa fronteras y se entrelaza con el narcotráfico y posibles implicaciones políticas, se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la impunidad.
El viaje del fiscal general del Estado, Emiliano Rolón Fernández, a Colombia, busca reforzar las gestiones y tal vez abrir nuevos caminos en la búsqueda de justicia.
Fuente: ABC Color
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