Bolivia corta lazos diplomáticos con Israel en respuesta a la ofensiva en Gaza

El Gobierno boliviano ha tomado una decisión contundente frente a la crisis en Medio Oriente: romper relaciones diplomáticas con Israel. Esta acción, anunciada por la Ministra de la Presidencia, María Nela Prada, es una respuesta directa a lo que consideran una “agresiva y desproporcionada ofensiva de Israel en la Franja de Gaza”.

La decisión del presidente boliviano Luis Arce es una clara señal de repudio y condena hacia las acciones militares israelíes, y se suma a la Declaración de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en rechazo a los tratos crueles e inhumanos. Según un comunicado leído por el vicecanciller Freddy Mamani, Bolivia se une a la lucha global por los derechos humanos y se posiciona firmemente contra los conflictos bélicos que afectan a las poblaciones civiles.

El Gobierno boliviano ha exigido el cese inmediato de los ataques que han causado miles de muertes civiles y el desplazamiento forzado de palestinos. También rechaza el bloqueo que impide la entrada de alimentos y agua a la Franja de Gaza, y que dificulta la labor del personal humanitario que intenta llegar a la zona de conflicto.

Bolivia se alinea con la posición del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, demandando un inmediato cese al fuego. En una reunión celebrada un día antes del anuncio oficial con el embajador palestino en Bolivia, el presidente Arce manifestó su solidaridad con los habitantes de Gaza.

La ministra Prada instó a los países sudamericanos a organizarse para proponer soluciones estructurales que favorezcan la creación de un Estado palestino con las fronteras establecidas por la comunidad internacional en 1967. Esta no es la primera vez que Bolivia rompe relaciones diplomáticas con Israel; el expresidente Evo Morales hizo lo mismo en 2009, expresando su apoyo a Palestina.

El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Bolivia e Israel en 2019, bajo el gobierno interino de Jeanine Añez, marcó un cambio político significativo respecto a los gobiernos de Morales y Arce. La decisión actual de Arce se produce en medio de una dura disputa con Morales por la candidatura de la izquierda en las elecciones presidenciales de 2025.

Este anuncio oficial de ruptura de relaciones llega poco después de que Morales criticara a Arce en redes sociales por mantener relaciones diplomáticas con Israel. La respuesta de Arce fue inmediata, pero Morales exige aún más: que el Gobierno declare a Israel “Estado terrorista” y lo denuncie ante la Corte Penal Internacional.

Si bien la decisión de Arce es la más drástica tomada en América Latina desde el comienzo de la guerra entre Israel y Hamás, no es la única manifestación de repudio a la ofensiva contra Gaza en la región. Otros líderes latinoamericanos también han expresado su condena y han adoptado medidas similares.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, conocido por sus críticas hacia el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, llamó a consultas a la embajadora de Colombia en Tel Aviv el martes. “Si Israel no detiene la masacre del pueblo palestino no podemos estar allá”, declaró a través de X, dando a entender una posible suspensión de las relaciones diplomáticas si la violencia continúa.

Por su parte, el presidente chileno, Gabriel Boric, siguió el mismo camino tras conocerse el bombardeo contra un campo de refugiados palestinos. Boric lamentó que las operaciones militares de Israel, que describió como un “castigo colectivo” a la población civil de Gaza, no respetan normas fundamentales del derecho internacional.

“Chile condena enérgicamente y observa con gran preocupación que dichas operaciones militares no respetan normas fundamentales del derecho internacional”, lamentó Boric.

Estas decisiones y declaraciones evidencian la creciente preocupación y reprobación en América Latina ante el conflicto en Medio Oriente. Sin embargo, queda por ver si estas acciones tendrán algún efecto en la escalada de violencia y en la búsqueda de una solución duradera al conflicto.

Fuente: El País

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